"El traslado es un ERE sin disimulos"

"Mi traslado a Barcelona es ejecutivo, forzado, hasta que se celebre el juicio por la demanda de oposición que he interpuesto y, si gano, Spanair deberá devolverme a Palma". Luis Tejada, 36 años, 14 años y medio en la aerolínea, técnico de planificación, deja Mallorca por la capital catalana. En la isla quedan su mujer -en paro- y sus tres hijos, de 10, 7 y 4 años que habitan su casa en propiedad, con hipoteca a cuestas. "Ahora no la puedo vender a nadie ni tampoco mantener dos casas". Tejada cree que la plantilla ha sido usada como "marioneta de una maniobra política, para poder decir la compañía es catalana y titular del hub del Prat". Por negarse al traslado, con renuncia, tendría derecho a la máxima indemnización pactada, un año de salario. Por la ida a Barcelona recibe 4.000 euros y tres noches de hotel para el tránsito. Nueve meses atrás, las tripulaciones y mecánicos, con el ERE y la deslocalización, pactaron una compensación de 9.000 euros y cuatro sueldos.

"El expediente de movilidad es un ERE sin disimulos, para quitar de en medio a los empleados antiguos y sus sueldos más altos. Vamos a Barcelona forzados. Del 37% que anuncian, tras cuatro meses de prueba quedará el 10%", dice Tejada, que partirá el 5 de octubre.

"No valía la pena ir a Barcelona a probar cuatro meses", afirma Pilar Perelló para quien el 30 de septiembre será su último día de trabajo en Spanair tras siete años en la empresa. "Es una opción de necesidad y me gusta más la vida aquí, en Mallorca". Tiene dos años de paro que espera no agotar y sabe que el invierno es duro en el sector turístico y aéreo.

"Era un sinvivir, ahora llega la rabia y la impotencia. Tantas oscilaciones, años en venta, el accidente de Barajas, el ERE, la nueva venta, otro expediente. La gente está decepcionada con la empresa". Perelló cobrará una indemnización de 20 días por año de trabajo más 750 euros de complemento.