Spanair planea recortar al menos 300 empleos

El nuevo recorte de plantilla que prepara Spanair se cobrará al menos 300 puestos de trabajo en los próximos meses. Éste es el cálculo que estudian fuentes sindicales, dado que la aerolínea se propone retirar 10 de sus 45 aviones hoy en funcionamiento. Spanair aseguró ayer que no hay una cifra decidida y que dependerá, entre otras cosas, de cómo evolucionen las negociaciones con los trabajadores. Los cálculos sindicales prevén una horquilla de entre 300 y 500 afectados, en el peor de los casos, pero la aerolínea planea optimizar el uso de sus aeronaves (es decir, hacerlas volar más horas), con lo que asegura que el número de trabajadores afectados será proporcionalmente inferior al adelgazamiento de la flota.

Pero, además, parte de la plantilla de la compañía está abandonando su trabajo de forma voluntaria como consecuencia del proceso de traslado de los servicios centrales de Palma de Mallorca a Barcelona, una vez que la compañía aérea ha pasado a manos de empresarios e instituciones catalanas. De los casi 200 trabajadores que se debían mudar en septiembre, 123 han dejado la empresa y sólo 73 han aceptado, una proporción que la dirección estima que puede mantenerse en la segunda y tercera fase, que afectará a 196 y 25 trabajadores, respectivamente.

La aerolínea, con algo más de 3.000 empleados, también ha comenzado a negociar con su personal de vuelo una rebaja salarial de entre el 25% para auxiliares y el 40% para pilotos, dentro de su estrategia para regresar a beneficios y afrontar la crisis general que vive el sector. Estas cifras, rechazadas por el comité de empresa, constituyen el punto de partida de un proceso de discusión que se presume muy largo.En función de cuántos de los 196 empleados pendientes de traslado comuniquen si lo aceptan, algo que deben hacer antes del 31 de octubre, es posible que la compañía tenga que reclutar a más personal para completar los servicios centrales en Barcelona. La decisión de trasladar a casi 400 empleados de Palma de Mallorca a la capital catalana se llegó a tildar de "ERE (expediente de regulación de empleo) encubierto" por el Gobierno balear, pero finalmente, el pasado agosto se llegó a un acuerdo sobre las indemnizaciones para aquellos que renunciaran a su empleo. De hecho, Spanair garantizó que si en los siguientes de 12 meses se presenta un ERE y las condiciones pactadas son mejores que las acordadas para este colectivo, se compensará la diferencia.

La reducción de flota sobre la mesa representa el segundo tijeretazo que aplica Spanair en poco tiempo, esta vez en su nueva etapa en manos de inversores catalanes, después del ERE que afectó a 500 trabajadores en 2008.

La compañía promete convertir Barcelona en su hub o centro de conexión de vuelos, y operar rutas intercontinentales a partir de 2012, pero estos planes de futuro tendrán que superar primero una realidad inmediata plagada de despidos y con el tráfico aéreo mundial todavía a la baja. Además, el grupo de empresarios e instituciones catalanas que ha comprado Spanair debe formalizar el pago de los 35 millones que aún faltan para cubrir la ampliación de capital con la que se ejecuta la adquisición de la aerolínea.