Zelaya se planta por sorpresa en Honduras con la ayuda de Lula
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, expulsado del poder por un golpe de Estado el pasado 28 de junio, regresó ayer clandestinamente a Tegucigalpa. Zelaya se refugió en la Embajada de Brasil. Con sombrero, pantalón negro y camisa blanca, se asomó a la terraza de la legación diplomática para saludar a miles de sus seguidores. Su esposa, Xiomara Castro, declaró que el ex dirigente "está dispuesto a iniciar el diálogo" para resolver la crisis política y agradeció al presidente brasileño, Lula da Silva, sus gestiones para regresar al país centroamericano. La vuelta de Zelaya estuvo envuelta en una espiral de versiones contradictorias, con el presidente de hecho, Roberto Micheletti, negando su presencia hasta el último momento.
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