España defiende ante el G-20 mantener bajos los tipos de interés

La salida de la crisis presenta un desafío sensacional para la zona euro: frente a los graves problemas de algunos países, varias economías empiezan a salir de la recesión y esas dos velocidades pueden suponer graves problemas en el diseño de la política monetaria. Es decir: en el nivel de los tipos de interés. El Gobierno español aseguró ayer que presionará en la próxima reunión del G-20 -el 24 y el 25 de septiembre en Pittsburgh (Estados Unidos)- para mantener el precio del dinero "relativamente bajo durante el suficiente periodo de tiempo", según un documento de Moncloa. El hecho de que la recuperación haya llegado ya a Alemania y Francia puede dificultar esa aspiración, ante el peso específico de esos dos países en el Banco Central Europeo (BCE).

Los tipos en la eurozona están al 1%, por encima de la zona cero en la que se encuentran EE UU, Japón y Reino Unido. Pero varios miembros del BCE -los denominados halcones, partidarios de una política ortodoxa al estilo del banco central alemán- han manifestado ya que puede haber cambios en la política monetaria si se confirman los signos de optimismo en la economía europea. Para España, los tipos se pueden mantener en torno al nivel actual -puesto que el dinero barato facilita la recuperación- "siempre que el objetivo de estabilidad de precios esté garantizado, como es actualmente el caso".

Estrategias de salida

Las autoridades económicas preparan ya las estrategias de salida -monetarias y fiscales- para el momento en que la incipiente reactivación económica se consolide. Pero sólo para entonces: "Ir diseñando estrategias de salida no supone contemplar la opción de una pronta retirada de las medidas de apoyo", asegura el documento que fija la posición de España ante el G-20, el club que agrupa a los países más ricos y a los emergentes más importantes. Sin embargo, ese camino ya ha comenzado: EE UU y Alemania han retirado ya las ayudas a la compra de automóviles, y España prepara una subida de impuestos que en la práctica supondrá una suavización del estímulo fiscal, uno de los más ambiciosos entre los países ricos.

Por lo que respecta al FMI España pide a todos los países que todavía no han contribuido a los recursos del FMI que lo hagan según su capacidad, y se manifiesta dispuesta a elevar su contribución financiera en el contexto de un compromiso coordinado de la UE.