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La irrupción de armas de fuego en las bandas latinas pone en alerta a los Mossos

Jesús García Bueno

Los grupos violentos de jóvenes latinoamericanos han dado un salto cualitativo: ahora poseen armas de fuego. Y las usan. Lo ilustra el asesinato a tiros, el jueves, de un joven ecuatoriano en el barrio de Collblanc, en L'Hospitalet. El crimen fue premeditado: el agresor fue a buscar a su víctima, un chico de 21 años apodado Caíto, y le descerrajó varios disparos por un ajuste de cuentas entre bandas rivales, según fuentes del caso. El paso del cuchillo a la pistola, de la puñalada al disparo, ha encendido la señal de alerta en los Mossos d'Esquadra.

El uso de pistolas para dirimir reyertas entre pandilleros es extraordinario. Los homicidios registrados hasta ahora se han ejecutado con armas blancas. Hace unos días, un menor apuñaló mortalmente a un joven de 19 años a la salida de una zona de ocio nocturno de Sabadell. Antes del verano, un colombiano murió apuñalado en Sants por varios jóvenes de la banda Ñetas.

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La forma en que Caíto fue asesinado revela que su verdugo le conocía y sabía dónde encontrarle. Los Mossos investigan si el agresor intentó vengar la muerte de un compañero de banda. Para ello será clave conocer si la víctima formaba parte de alguno de los muchos grupos -Latin Kings, Ñetas, Mara Salvatrucha, Black Panthers, Vatos Locos, Bloods, Crips o Dominican Don't Play- con presencia en Cataluña y, en especial, en el área de Barcelona. Unos 3.000 jóvenes forman parte de alguna de estas bandas, según los expertos. Sólo una minoría emplea la violencia, pero el fenómeno va en aumento.

"Estos chicos llevan cuchillos de cocina bajo los pantalones. Los emplean para solucionar sus historias, pero también para cometer atracos con violencia", detallaron fuentes de los Mossos d'Esquadra. "En L'Hospitalet, los intentos de homicidio y las agresiones han aumentado este año", señalan las mismas fuentes.

El Ayuntamiento de L'Hospitalet cree que "no existe un problema de bandas" en el municipio. La portavoz de CiU en el Consistorio, Meritxell Borràs, explicó en cambio que la situación es "insostenible" y pidió "transparencia" para conocer el alcance del problema. "Este asesinato nos da una señal de alarma. Es grave que se utilicen armas de fuego. Hay que trabajar mucho más el aspecto preventivo", terció el presidente de Fedelatina, Javier García Bonomi. En una línea similar se expresó el portavoz del Sindicato de Policías de Cataluña, David Miquel: "La actividad de estas bandas es grande y falta gente especializada en el cuerpo. Hay que destinar más recursos", apostilló.

Las bandas entraron en la escena pública de forma brutal: con el asesinato, en 2004, del joven Ronny Tapias a las puertas de un instituto. Tras el suceso, Latin Kings y Ñetas pretendieron lavar su imagen y se constituyeron en una asociación cultural. Pero el gesto no gustó a todos los jóvenes y, a la postre, provocó una atomización de los grupos. Con una estructura débil, sin líderes claros y con una gran movilidad, investigarlos resulta más complejo.

El jueves por la tarde, Caíto estaba sentado en un banco del parque de la Marquesa con una amiga. El agresor accedió al parque por una de las puertas laterales montado en un ciclomotor blanco y le disparó. Después se dio a la fuga. Los Mossos d'Esquadra han recogido el testimonio de diversas personas y buscan al agresor. Uno de los disparos, el que acabó con la vida del joven, tenía el agujero de salida en la espalda.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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