_
_
_
_

El CSN acusa 'deficiencias' en el plan de Ascó para evitar fugas radiactivas

"No podemos garantizar que los fallos no vayan a repetirse", dicen los técnicos

La hoja de ruta para que la nuclear de Ascó I (Tarragona) no repita incidentes como la fuga radiactiva de noviembre 2007 sigue sin concretarse. El plan que la central ha elaborado para subsanar la cascada de errores que propició aquel escape arroja "resultados no adecuados" 16 meses después de que el suceso saliera a la luz. Así lo señala la evaluación del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), máxima autoridad atómica del país, que entonces exigió a la central que asumiera las medidas necesarias para zanjar cualquier posibilidad de que el incidente se repitiera. La nuclear no ha pasado del borrador. El organismo acusa todavía "indefiniciones", "deficiencias" y "errores" en el plan de acción de la planta. "Aún no podemos garantizar que esa serie de fallos no vuelva a repetirse", lamentan fuentes del organismo. El Consejo estudiará abrir un expediente a la central si las propuestas siguen sin convencer antes que acabe el año.

El Consejo estudia expedientar a la planta si no resuelve los errores en 2009

El principal escollo entre la nuclear y las exigencias del CSN se halla en la gestión de las tareas que la planta encarga a otras empresas. Los empleados subcontratados por Ascó suponen alrededor del 60% de la plantilla y la supervisión que la central hace de su trabajo resulta "deficiente", recoge el CSN. Lo mismo ocurre con los trabajos más sensibles, vinculados a la seguridad de la planta. El Consejo exige mayor control en todas las tareas y que los trabajos relacionados con la seguridad estén siempre supervisados por personal de plantilla cualificado, aspecto que el plan de Ascó no precisa. "Esta será una condición indispensable para que aprobemos el plan y así se lo hemos notificado a la dirección", enfatiza un miembro del Consejo. El organismo recuerda que la fuga de 2007 se originó por una maniobra no prevista llevada a cabo por personal inexperto. Ascó I, propiedad de Endesa e Iberdrola, recibió la mayor sanción impuesta a una nuclear en España (15,4 millones) por una fuga que ocultó durante cinco meses.

El Consejo también ha vinculado la sucesión de incidencias en la nuclear con la excesiva subcontratación de la plantilla. Ascó I fue la central española que más sucesos generó en 2008, tendencia que ha mantenido en lo que llevamos de año. Por eso, la supervisión que la nuclear ejerce sobre las subcontratas dista mucho de convencer al organismo. El CSN le exige ahora que verifique no sólo los requisitos exigidos a las empresas que realicen trabajos en el recinto sino también a los empleados que aporten bajo la etiqueta de personal cualificado. "Que una empresa traiga a un presunto experto no significa que sea un experto en una determinada nuclear", dice un técnico del CSN.

La evaluación señala además que Ascó no ha concluido todos los análisis del incidente que exigió el CSN, critica el escaso alcance de la cultura de seguridad en la empresa y lamenta los continuos fallos de transparencia y comunicación entre la nuclear y el Consejo, los mismos que se produjeron durante el episodio de la fuga. También lamenta el retraso de la planta a la hora de recoger e implantar estas reformas.

Las exigencias no son nuevas para la dirección de Ascó: técnicos del CSN llevan meses pidiendo estas modificaciones sin éxito. El organismo analizó la primera versión del plan elaborado por la nuclear el pasado febrero. Añadió entonces varias correcciones, que reiteró en al menos otras dos evaluaciones del informe realizadas en marzo y mayo. Siguen sin recogerse en el plan. El CSN emplaza ahora a la nuclear a que presente una versión definitiva en octubre. "No pueden retrasarse más, ya ha pasado demasiado tiempo", subrayan técnicos del organismo.

La demora ha obligado al CSN a consentir que Ascó empiece a aplicar el plan pese a las deficiencias. El motivo que aduce la evaluación es claro: "Para evitar que el tiempo transcurrido entre la ocurrencia del suceso desencadenante del plan dé lugar a que no se establezca la adecuada relación entre ambos". "Los trabajadores de Ascó deben ser conscientes de que los cambios responden a la necesidad de modificar la forma de operar tras el incidente de la fuga", aclara un técnico del CSN. La parcial luz verde del plan sólo tiene validez hasta octubre, cuando Ascó debe incluir y resolver los requisitos exigidos.

Sigue la opacidad

La opacidad y los errores de comunicación entre la central de Ascó y los inspectores del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) fueron claves para permitir que la fuga radiactiva se mantuviera oculta durante cinco meses. Más de un año después, los problemas entre el CSN y ANAV, consorcio de Endesa e Iberdrola que gestiona la nuclear, se mantienen a la orden del día. Apenas se han tratado, además, en el plan en el que Ascó debe corregir los errores operativos.

El tema sólo fue protagonista en una reunión entre ANAV y el CSN celebrada el pasado 13 de mayo. La tesis con que la nuclear quitó hierro al problema resulta incontestable. "Ascó admite que la comunicación en su organización no es buena", relata un informe del Consejo de Seguridad Nuclear en relación a aquel encuentro. "Y que si la comunicación en el interior de su organización no es adecuada, difícilmente lo puede ser con el CSN", zanja.

La escena evidencia que la transparencia entre ambos actores continúa atollada. Pese a ello, el CSN no exigirá un tratamiento explícito a los problemas de comunicación. "ANAV cuenta con medios alternativos para mejorarla", señala el CSN, que confía corregir los problemas detectados con estos medios. Son los mismos que permitieron que se informara de la fuga radiactiva mucho después de su emisión al exterior.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_