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66º Mostra de Venecia

'Líbano' se alza con el León de Oro

El actor Colin Firth logra la Copa Volpi por su papel en la película del modisto Tom Ford P Kseniya Rappoport, premiada como mejor actriz por La doppia ora

Al comienzo de la ceremonia de clausura de la Mostra, la presentadora lee un texto grotescamente triunfalista en el que destaca la efervescencia, vitalismo, intensidad, fantasía, emociones y arte que hemos podido disfrutar a lo largo de ella. La mentira que encierra esta desvergonzada autopromoción puede hacer enrojecer a cualquier espectador medianamente sensato. De las 25 películas que competían sólo me quedará en el recuerdo la excelentemente adaptación que ha realizado John Hillcoat de la novela de Cormac McCarthy La carretera y la fascinante visualidad y extraña poesía que ha creado Jaco van Dormael en Mr. Nobody. Han exhibido un montón de cine desechable y algunas cosas simplemente aceptables. Los premios que ha otorgado el jurado que presidía Ang Lee han despreciado consecuentemente a La carretera (es cine norteamericano y lo protagoniza admirablemente una estrella como Viggo Mortensen, factores decisivos para que sea ignorada en el siempre vanguardista palmarés) y le han otorgado uno menor, el de diseño de producción, a Mr. Nobody.

Colin Firth pertenece a esa estirpe de actores ingleses con registros amplios
Los premios que han concedido no son escandalosos, sólo olvidables
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Pero afortunadamente los premios que han concedido no son injustos ni escandalosos, sólo olvidables. El León de Oro a la israelí Líbano, dirigida por Samuel Maoz, reconoce la dificultad de ambientar una trama en el interior de un tanque. Desde este espacio claustrofóbico somos testigos del terror, las contradicciones, la disciplina ciega, la incertidumbre o el sentido de culpa de sus ocupantes. Tanto ellos como nosotros vemos únicamente el infierno que se desarrolla en el exterior a través de la mirilla del tanque, recurso expresivo que puede ser original pero que también tiene sus limitaciones. Por mi parte, me siento completamente agotado hacia la mitad del metraje de tanta intensidad psicológica, de la compulsiva gestualidad y el incesante griterío que montan esos soldados judíos que están invadiendo Líbano, algo que no me ocurría en la también película israelí Vals con Bashir, un terrible retrato en dibujos animados sobre el mismo tema. O recuerdo la tensión que lograba Hitchcock en Náufragos sin que su cámara se moviera del escenario de una barca en medio del mar. En Líbano tengo la molesta sensación de que el experimento daba para un apasionante cortometraje. Todo acaba siendo aún más reiterativo que angustioso.

El León de Plata a la directora iraní Shiri Neshat por Mujeres sin hombres premia un estilo con demasiadas pretensiones de arte, con imágenes rebuscadas. También la denuncia de la ancestral opresión que sufren las mujeres en Irán describiendo las penurias por culpa de los hombres que sufren cuatro de ellas en la época de la coronación del sha Reza Pahlevi. Es creíble el alegato feminista, pero la forma de expresarlo tampoco invita a lanzar cohetes.

Fatih Akin, Premio especial del jurado, es un director que había logrado justo reconocimiento con sus anteriores tragedias centradas en familias de inmigrantes, seres erráticos y desesperados que se mueven peligrosamente entre Alemania y Turquía, nos ha sorprendido Soul kitchen con una comedia amable, llena de buenos sentimientos, agradable de ver y de oír, sobre las desventuras sentimentales y profesionales que padece el melómano propietario de un restaurante al que los especuladores pretenden cerrar el negocio. Es grato comprobar que un director que parecía exclusivamente dotado para las temáticas sombrías también posee sentido del humor, que además de oprimirte es capaz de despertar sonrisas.

Colin Firth pertenece a esa estirpe de actores ingleses con registros amplios, con presencia, que siempre convencen. Junto a la de Viggo Mortensen, su interpretación de un hombre destruido por la muerte de su novio en A single man es la única actuación masculina destacable que hemos presenciado en la sección oficial. Firth está modélico mostrando la educada desolación, las ganas de matarse y los fracasados intentos de encontrar flotadores existenciales. Esa sobriedad tiene más mérito al ir pareja al recargado esteticismo que exhibe el director Tom Ford, ese genio de la sastrería que se ha empeñado en dirigir películas. A single man es relamida y pretenciosa pero Colin Firth sale a flote en tan intensa nadería.

Tampoco hemos visto interpretaciones femeninas que resulten memorables, aunque la antipática Isabelle Huppert esté tan eficiente como acostumbra en Material blanco. Pero otorgarle más premios a esta actriz permanentemente laureada debió parecerle abusivo al jurado. La para mí desconocida actriz Kseniya Rappoport está muy convincente en La doppia ora, una trama excesivamente retorcida pero que no te incita a salir corriendo de la sala a la media hora, sensación permanente ante casi todo lo que ha ofrecido la sección oficial. Al final de La doppia ora puedes sentirte mosqueado por los tramposos giros del guión pero la habilidad narrativa del director Guiseppe Capotondi y el magnetismo de su actriz logran un entretenido desasosiego.

El premio al mejor guión al excéntrico y sórdido Todd Solondz, autor de Life during wartime, reconoce su vocación para crear friquis y situaciones absurdas. No le pillo la gracia a esa familia de tarados, ni a la excesiva comprensión que muestra Solondz hacia un pederasta que violaba a su hijo, aunque la supuesta trasgresión de este director tiene muchos admiradores entre el público de los festivales.

Lo único agradecible que me ha deparado esta Mostra, igual de vacua y extenuante desde que Marco Muller y su despreciable concepto del cine de autor se hicieron cargo de ella es que haya finalizado. Con el broche surrealista de homenajear rendidamente al trascendente autor Sylvester Stallone. Seguro que también hay un propósito intelectual en ese tributo a la ortodoxia descerebrada.

El director israelí Samuel Maoz sostiene el León de Oro por su película <i>Líbano,</i> ayer en Venecia.
El director israelí Samuel Maoz sostiene el León de Oro por su película Líbano, ayer en Venecia.EFE

LOS MEJORES

- Líbano, dirigida por el israelí Samuel Maoz, obtuvo el León de Oro a la mejor película de las proyectadas en el festival.

- La iraní Shiri Neshat logró el León de Plata a la mejor dirección por su película Mujeres sin hombres.

- La actriz rusa Kseniya Rappoport fue galardonada con la Copa Volpi a la Mejor Interpretación Femenina por su papel protagonista en La doppia ora.

- El actor británico Colin Firth galardonado con la Copa Volpi a la Mejor Interpretación Masculina por su papel protagonista en A single man, del modisto estadounidense Tom Ford.

- El Premio Especial del Jurado fue para la comedia Soul kitchen, del alemán de origen turco Fatih Akin, que cuenta la historia de Zinos (Adam Bousdoukos), propietario de un restaurante en el que la calidad de la cocina brilla por su ausencia.

- El Premio Marcello Mastroianni al joven actor fue para la italiana Jasmine Trinca por Il grande sogno, de Michele Placido.

- Osella al Mejor Guión fue para el director estadounidense Todd Solondz, por su Life during wartime.

- Osella a la Mejor Escenografía para Sylvie Olivé por Mr. Nobody, del belga Jaco Van Dormael.

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