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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Javier Caño, empresario, catedrático y político vasco

Estuvo con el primer Gobierno autónomo tras la dictadura

Coincidí por última vez con Javier Caño, Javi para los amigos, el pasado 20 de agosto en un camino polvoriento, en la costa andaluza. Yo presentaba un aspecto lamentable, tras 10 kilómetros de dura caminata bajo el sol, cuando me encontré con él. Le vi, como siempre, pulcro, elegante y agradable. Un conocido común me había confiado un secreto que él quería guardar muy bien, el de la enfermedad que finalmente ha segado la vida - ayer, 10 de septiembre- de esta gran persona. Y al preguntarle qué tal se encontraba me contestó, con una precisión que me dejó helado: "Ya ves, Pedro Luis, haciendo como que vivo".

Así era mi amigo Javi. Un hombre con el que tuve el honor de compartir una parte especialmente intensa de las vivencias de mi vida, como fue la época en la que los dos nos sentamos en la mesa del primer Gobierno vasco tras la dictadura, él como consejero de Presidencia y yo como titular de la cartera de Economía y Hacienda.

Era un 'abertzale' respetuoso con las convicciones de los demás

Lo encabezaba el entonces lehendakari Carlos Garaikoetxea, cuya dilatada trayectoria política Javi siguió fielmente. Lo hizo primero en el PNV y más tarde en EA, partido al cual representó como parlamentario vasco y en el que ocupó posiciones muy destacadas, como las de miembro de su ejecutiva y presidente de la Fundación Alkartasuna. En ellas se ganó el respeto, no solamente de sus correligionarios, sino también el de los integrantes de otros partidos políticos. Era un abertzale de convicciones profundas y sumamente respetuoso con las de los demás.

Tras llevarnos la vida por diferentes derroteros, de aquella lejana época en la que coincidí con él me llega el recuerdo del significativo gesto que tuvo cuando decidió pagar al Gobierno vasco el frac que hubo que comprarle en El Corte Inglés para que asistiera, en su representación, al acto solemne de la canonización en Roma del beato Valentín de Berriochoa. Una diferencia llamativa de comportamiento, por cierto, con algunos hechos de actualidad que venimos conociendo.

Por encima de su faceta política, en la rica vida de Javi Caño (Barakaldo, 65 años) podríamos destacar otras dos, no menos singulares: la de catedrático y la de empresario. En el primero de los campos, Javier, que fue decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Deusto, no solamente era un experto en Derecho Foral y Derecho Público Vasco, materias especialmente complejas sobre las que nos ha legado varias obras de gran calado, sino que además era un profesor "magnífico", "estupendo" y "buenísimo", por recoger solamente tres opiniones de antiguos alumnos suyos. Un profesor que disfrutaba explicando tan abstrusas materias y que lograba contagiar al alumnado de la pasión que sentía por un tema muy relacionado con los llamados "derechos históricos vascos", compleja cuestión política y constitucional, en la cual era un verdadero experto.

En la vertiente de su vida que dedicó a la empresa, Javi tuvo también una trayectoria muy exitosa. Formó parte de los consejos de administración de numerosas sociedades, que en bastantes casos presidía, la mayoría de ellas ligadas a temas de medio ambiente, pues fue un pionero y un defensor a ultranza de lo que hoy denominamos desarrollo sostenible, cuestión de rigurosa actualidad, en la cual fue un adelantado a su época. Como referencia, participó en la creación del cluster de las industrias de medio ambiente de Euskadi (ACLIMA), del cual fue durante los cinco primeros años vicepresidente y en los nueve últimos, su presidente.

Pero, por encima de esa vertiente de su vida, que podríamos calificar como profesional, quiero destacar el valor de Javi como persona, inteligente, profunda, ponderada, afable, educada, siempre positiva y con un amplio interés cultural y sensibles inquietudes humanísticas. Si a ello añadimos que fue un gran deportista, que utilizaba con frecuencia el latín en comentarios y referencias, que hacía uso, si la ocasión se presentaba, de sus conocimientos de organista aficionado y, por último, que era hincha y seguidor acérrimo de su Athletic, tendremos un perfil ajustado de su rica personalidad.

Un hombre que ha sabido apurar los últimos sorbos de ese embriagador licor que llamamos vida con una enorme dignidad, dando una gran lección de presencia de ánimo a los que le seguiremos por ese camino. Un gran hombre, en definitiva, un amigo excepcional que ha dejado huella en el corazón y en el alma de los que hemos tenido el placer y el honor de conocerle.

Es una gran pérdida para Ana, la compañera y esposa de toda su vida; para sus dos hijos, Xabier y Joseba, y toda su familia; para los que nos considerábamos sus amigos; para el partido político en el que tan intensamente creía y militaba; para la Universidad y, asimismo, para Euskadi, que con la muerte de Javier Caño Moreno ha perdido a uno de sus hijos más preclaros.

Pedro Luis Uriarte es presidente de Innobasque-Agencia Vasca de la Innovación.

Javier Caño, cuando era consejero del Gobierno vasco, en 1991.
Javier Caño, cuando era consejero del Gobierno vasco, en 1991.LUIS ALBERTO GARCÍA

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