Cadbury rechaza la oferta de compra de Kraft por 11.620 millones de euros
El gigante estadounidense insistirá para crear la empresa líder en alimentación
El chocolate es un lujo asequible, un placer al que es difícil resistirse incluso en tiempo de crisis. La tentación pudo esta vez con el segundo grupo de alimentación del mundo, Kraft, que acaba de ofrecer 10.200 millones de libras esterlinas (11.620 millones de euros) por Cadbury. La venerable confitera británica se hace la interesante, y con su rechazo acaba de lanzar una puja por su goloso negocio.
El lunes vuelve a ser el día de los anuncios de las grandes fusiones, en otra señal de que la Gran Recesión empieza a remitir. Hace una semana era el conglomerado de medios Disney el que movilizaba el efectivo que tiene en reserva para comprar la editora de cómics Marvel. Y ayer movió ficha la estadounidense Kraft, en su afán por plantar cara a la suiza Nestlé.
Nestlé y Hershey también podrían estar interesados en la confitera británica
La petición de enlace de la estadounidense disparó un 38% los títulos de Cadbury. Pero los británicos no tardaron en responder a la oferta, calificando el precio de insuficiente, a pesar de que representa una prima del 31% sobre el valor de sus títulos el viernes. Así que ahora le toca al dueño de las galletas Oreo endulzar su propuesta de forma sustancial si quiere negociar de verdad.
Kraft, que un año antes de la crisis se separó del grupo Altria, no se rinde. Esta combinación transatlántica, insisten en una carta enviada por la estadounidense a la británica, permitirá crear una compañía líder en el negocio de los aperitivos, confitería y comidas preparadas. Las ventas anuales ascenderán a unos 35.000 millones de euros y ahorrarán unos 436 millones anuales en costes.
El precio de referencia, según los analistas, estaría así muy cerca de los 16.000 millones de euros que puso sobre la mesa Mars -respaldada por el magnate Warren Buffett- para hacerse con el control de Wrigley, operación que les llevó a hacerse con un 15% del mercado de la confitería. Por eso, a pesar del rechazo inicial, los expertos ven lógica e inevitable esta combinación para Cadbury.
Y si el matrimonio no es con Kraft, que ya se hizo en 2007 con la división de productos precocinados de la francesa Danone, será con otra. En la puja podrían participar Nestlé y la estadounidense Hershey. La primera estaría interesada por su división de chicles (como la marca Trident) y la segunda por los chocolates (Dairy Milk). Pero una oferta por el total es más complicado.
Paul Bulcke, consejero delegado de Nestlé, no quiso cerrarse ayer ninguna puerta al afirmar que su compañía "está abierta a oportunidades de compra si encajan estratégicamente". Pero en la firma suiza son conscientes de que si dan ese paso deberán renunciar al negocio chocolatero de Cadbury en Reino Unido, porque su posición en ese mercado ya es muy fuerte.
En el caso de que una de las tres, o incluso Mars, se hiciera finalmente con Cadbury, la operación deberá ser examinada por los reguladores en EE UU y Europa, por su impacto en el negocio de la confitería, en fase de consolidación. Kraft, con sede en Northfield (Illinois), no descarta llegar a cotizar en Londres para poder hacer el intercambio de acciones con los inversores de Cadbury.
Kraft cotiza desde hace un año en el Dow Jones Industrial, después de que la aseguradora AIG se viera forzada a abandonar el índice de las 30 compañías más poderosas de Wall Street. Irene Rosenfeld, su consejera delegada, dice que cuenta con dinero suficiente para financiar la operación sin acudir al mercado. Y esto a pesar de acumular 20.000 millones de dólares en deuda.
Rosenfeld explica que llevan tres años dedicados a transformar la compañía y afirma que Cadbury es perfectamente complementaria a su negocio. "Podemos hacer grandes cosas juntos", remachó. La venerable confitera británica, que vio hace dos años venir esta oleada de fusiones, responde diciendo que puede competir en solitario con marcas que son fuertes y únicas.
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