Las nutrias se instalan en las aguas del Tajuña

En los últimos 40 años, la nutria casi había desaparecido de los ríos y lagos de la Comunidad de Madrid. Este mamífero semiacuático huyó durante décadas de las riberas espantado por la creciente contaminación de las aguas. Hasta hace unos diez años, no se volvieron a encontrar rastros aislados de su presencia. Los avistamientos desde entonces se cuentan con los dedos de una mano. Ahora, la Consejería de Medio Ambiente ha constatado que existe una colonia estable de esta especie en los cauces de los ríos madrileños.

La primera prueba de su existencia se obtuvo hace cinco años. Un grupo de biólogos del Parque Regional del Sureste preparaba los censos de aves de la zona cuando halló excrementos de nutria paleártica (lutra lutra). Medio Ambiente puso en marcha un programa de control y seguimiento de este mustélido. Se instalaron 16 estaciones de muestreo en las riberas de los ríos Manzanares, Jarama, Tajuña y Henares, y en la laguna de San Juan. El objetivo era encontrar huellas, excrementos u otras señales que ayudaran a constatar la presencia de las nutrias.

En los últimos 40 años prácticamente habían desaparecido en la Comunidad

"Se encuestó a los usuarios de la zona, pescadores, agricultores... Sólo dos testimonios decían que habían visto nutrias". A partir de ahí comenzó el trabajo de muestreo. Se instalaron 10 fototrampas, unas planchas muy sensibles conectadas a unas cámaras de modo que cuando un animal pasa sobre ellas se dispara una imagen. No tardaron en dar sus frutos y pronto se obtuvieron fotografías de nutrias. El siguiente paso era constatar la presencia de una población estable. Tras varios años de investigación, en la que se creía que sólo había individuos aislados, se constató la presencia de colonias de nutrias.

"Tiene gran importancia porque es un indicador de la calidad de los ríos", explica Bello. Esta especie es tímida y huidiza. Apenas se deja ver. Son animales que viven en zonas de aguas limpias. Se instalan en refugios cercanos a las riberas. "Gran parte de su vida transcurre en el agua, donde se mueve con gran agilidad", detalla el responsable de la Consejería de Medio Ambiente. Viven en zonas de aguas cristalinas donde poder jugar, pues mantienen una actitud lúdica incluso de adultos.

Recientemente se han encontrado huellas de cachorros que demuestran la recuperación de este ejemplar en los ríos del sur de Madrid. Sobre todo, en zonas de paso de los cauces donde encuentran buenos refugios y abundante alimentación, como pequeños peces y cangrejos. "Es muy difícil precisar el número de ejemplares", señala el director del parque. "Son animales muy difíciles de observar. Son solitarios y muy huidizos. Además, tienen mucha actividad nocturna", añade.

"Durante 40 años desaparecieron del sur de la región. Es muy sensible a la contaminación". Estuvo al borde de la desaparición durante los años setenta y ochenta. Por eso, está catalogada como especie en peligro de extinción en el catálogo regional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres de la Comunidad de Madrid.

El regreso se debe a la mejora de la calidad de las aguas. "Los ríos no han recuperado la calidad de entonces, pero han mejorado bastante. Se ha trabajado mucho en la depuración. Es muy importante para que la nutria pueda volver a colonizar aquellas zonas", insiste el responsable regional, que pone un ejemplo: "En el cauce del Tajuña, que es el que tiene mejores aguas, se concentran más ejemplares. En el Manzanares, con peor calidad, no hay casi nada".

Las nutrias son animales que recorren largas distancias. Pueden moverse en un espacio de hasta 40 kilómetros en busca de alimentos o de aguas más claras. La recuperación de esta especie también es importante para la sensibilización ambiental, explican desde Medio Ambiente. "Su carácter lúdico, la capacidad de mantener una postura bípeda y manejar objetos con las manos" la convierte en la embajadora del ecosistema acuático.