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Nace una gran base de datos para prevenir la violencia machista

Policías, jueces y fiscales compartirán al fin información para evaluar riesgos

Mónica Ceberio Belaza

El sargento del Ejército José Javier Lacasa tenía una pistola Smith&Wesson que había comprado con su tarjeta militar. Su mujer, Sylvina Bassani, le denunció por malos tratos y pidió que le retiraran las armas. Dijo, desde el primer día, que era militar. Ni el juez hizo constar en la orden de alejamiento este hecho ni tampoco la Guardia Civil -cuya base de datos de armas no está conectada con la de Defensa- tenía ni idea de que el hombre poseía un revólver. Lacasa asesinó a tiros a Sylvina y su entonces pareja en abril de 2008, delante del hijo de ambos, de cuatro años. Después, se suicidó. Las muertes fueron una trágica consecuencia del caos y la descoordinación administrativa, policial y judicial.

Un hombre mató ayer a su ex pareja con una escopeta en Almería

Un sistema de seguimiento integral de los casos de violencia de género presentado ayer por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la titular de Igualdad, Bibiana Aído, pretende evitar casos como éste. El programa, que se ha ido implantando muy poco a poco desde finales de 2007, dispone ya de datos sobre 102.188 mujeres. Cuando tenga cobertura en todo el territorio e instituciones, deberá incluir las denuncias y procedimientos de todas las víctimas.

El esperado sistema informático permite, por un lado, evaluar el riesgo de las víctimas. Por otro, que la información sea compartida por todas las autoridades implicadas en su protección. De momento están usando ya el sistema la Guardia Civil, Policía Nacional, Instituciones Penitenciarias, fiscales y las unidades de coordinación de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Se añadirán próximamente jueces y magistrados, Mossos d'Esquadra, la policía foral navarra, algunas policías locales y los servicios sociales. A partir de ahora, ni a jueces ni a policías les podrá pillar por sorpresa que un maltratador condenado salga de prisión, ni las autoridades podrán alegar que desconocían los antecedentes penales -o policiales- del agresor.

El sistema incorpora una aplicación para valorar el riesgo que corre cada víctima. Que esta evaluación sea ajustada es uno de los puntos más importantes para prevenir los asesinatos. Con más de 100.000 denuncias al año, es esencial saber qué víctimas corren mayor peligro. La aplicación informática, elaborada a partir del estudio de 40.000 casos reales, ha fijado 19 indicadores (si el agresor ha usado armas alguna vez contra la víctima, si ha habido violencia sexual o amenazas explícitas, si se ha incumplido la orden de alejamiento) a través de los cuales se decide el nivel de riesgo. La policía, encargada de la protección de las víctimas, debe reevaluar la situación cada cierto tiempo: si el riesgo es extremo, a las 72 horas; si es alto, cada siete días; si es medio, cada 30 días; y si es bajo, cada 60 días.

El sistema presentado ayer no consigue evitar algunas muertes. De las 38 mujeres asesinadas este año, seis estaban ya bajo este sistema de seguimiento. El gran objetivo, de todas formas, sigue siendo que las víctimas se atrevan a denunciar: la mayoría de las mujeres asesinadas este año no lo había hecho.

Horas antes de que se presentara esta herramienta informática, otra mujer era asesinada. Cándido M. L., vecino de 61 años de Vélez Rubio (Almería), mató con una escopeta a Isabel S. S., de 45 años, con la que había mantenido una relación sentimental, informa María José López Díaz. La víctima no había denunciado.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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