Clandestinos

a la deriva

Una patera cargada de clandestinos eritreos se avería en alta mar a lo largo de las costas italianas. Isla de Lampedusa, 73 emigrantes muertos, la Iglesia interviene y surge la polémica entre Malta e Italia intentando adjudicar las culpas al contrario. Los italianos achacan a la Unión Europea una falta de compromiso sobre la necesidad de repartir el problema de la inmigración entre todos los países de la Unión, y Carl Bildt, ministro de Asuntos Exteriores de Suecia, país que ejerce la presidencia semestral de la UE, dice que "ya no bastan sólo las reuniones, hay que tomar decisiones serias sobre este tema".

Más allá de la polémica que pueda crear la hipocresía política hay un principio esencial de solidaridad humana. Aparte de las posibles leyes marítimas, existe un código de honor marinero, no escrito, que impone la ayuda a aquellas personas en el mar que la necesiten.

Hemos llegado a una situación en la que sólo sirven los hechos para intentar resolver este problema humano, los derechos humanos fundamentales deben prevalecer por encima de cualquier otro interés.

Próximamente España tendrá su turno de presidencia europea, hay mucho por solucionar, debemos mostrarnos como el gran país que siempre hemos sido solicitando, promoviendo, proponiendo actuaciones en las que los derechos humanos sean el objetivo primordial.