Una ópera para Bernarda Alba
Miquel Ortega estrena su versión lírica de la última obra de García Lorca
De Dimitri Shostakóvich a The Clash. De la música clásica al rock. Federico Gracía Lorca no ha dejado de ser constante fuente de inspiración en el mundo de la música desde que fue fusilado en Granada, el 18 de agosto de 1936. Su poesía, sus obras de teatro y su trágica muerte se han convertido en canciones, óperas, sinfonías y oratorios. La última, que se estrenó anoche en el Festival de Santander y llega mañana al Festival de Peralada (Alt Emporda), es una nueva ópera basada en la última de las obras teatrales de Lorca, La casa de Bernarda Alba, escrita por el compositor y director de orquesta catalán Miquel Ortega (Barcelona, 1963).
Gestada entre 1990 y 2006, la de Miquel Ortega es la primera versión operística en castellano del drama lorquiano, al que ya en 2000 puso música el prestigioso compositor alemán Aribert Reimann (Berlín, 1936) en Bernarda Albas Haus. Sube a escena en España tras su "preestreno" -así lo considera el compositor barcelonés- en diciembre de 2007 en el teatro lírico de la ciudad rumana de Brasov. Allí la dirección de escena corrió a cargo de Román Calleja, quien también se responsabiliza escénicamente de la nueva producción que se presenta en Santander y Peralada.
La mezzosoprano uruguaya Raquel Pierotti en el papel de Bernarda encabeza el reparto, que incluye a la soprano Montserrat Martí, quien interpreta a Adela. La actriz Vicky Peña es Josefa, la madre de Bernarda, el único personaje de la ópera que no ha sido escrito para una cantante. Peña, que califica de "reto interesantísimo y muy estimulante" participar en una producción lírica, ya fue Martirio, una de las hijas de Bernarda, en el filme basado en la obra de Lorca que en 1987 dirigió Mario Camus. El reparto se completa con Marina Rodríguez Cusí (Poncia), Hasmik Nahapetyan (Angustias), Beatriz Lanza (Martirio), Marina Pardo (Magdalena), María Fe Nogales (Amelia) y Leticia Rodríguez (una criada).
Ortega encargó en 1989 a su amigo Julio Ramos, escritor que firmaba con el seudónimo de Bruno Bruch y que falleció en 1995, la elaboración del libreto, que, con pequeños cambios para adaptarla al género lírico, sigue con fidelidad la obra de Lorca, la historia de una madre autoritaria que somete a sus cinco hijas a un encierro tras la muerte de su segundo marido.
Compositor ecléctico, Ortega se declara defensor de la música tonal y ferviente valedor de la melodía, que afirma que "no tiene por qué morir".
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