Zelaya pide a EE UU ayuda contra el golpe
El presidente hondureño depuesto exige a Obama mayor presión sobre el Gobierno de hecho - La oposición nicaragüense teme la creación de una milicia en su frontera
El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, bajó de las montañas, en su enclave fronterizo entre Nicaragua y Honduras, para reunirse en Managua con el embajador estadounidense en Tegucigalpa, Hugo Llorens. El diplomático se fundió en un abrazo con Zelaya y reafirmó que "Zelaya es el único presidente al que el Gobierno de Estados Unidos reconoce". Se trata de un duro golpe para el presidente de hecho, Roberto Micheletti, principalmente porque EE UU fue, hasta el golpe de Estado del 28 de junio, un aliado de peso histórico para Honduras. Tras conocer las declaraciones del embajador Llorens, Micheletti acusó a Washington de entrometerse en los asuntos internos de Honduras.
La charla entre Zelaya y Llorens fue distendida. El diplomático estadounidense dijo sentirse contento de volver a ver a Zelaya, expulsado del país por las Fuerzas Armadas, el 28 de junio. Le explicó las gestiones internacionales que se llevan a cabo para "reinstaurar la democracia en Honduras". Zelaya, por su parte, pidió a Llorens que EE UU recrudezca las presiones contra el Gobierno de hecho para revertir el golpe de Estado.
Zelaya se reúne en Managua con el embajador de EE UU en Tegucigalpa
Micheletti acusa a Washington de entrometerse en los asuntos de Honduras
Washington ya retiró el visado a cuatro funcionarios del Gobierno de hecho: el presidente del Congreso Nacional, José Alfredo Saavedra; el magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Tomás Arita Valle; el Comisionado Nacional de Derechos Humanos, Ramón Custodio, y el ministro de Defensa, Adolfo Leonel Sevilla. La Unión Europea, por su parte, anunció ayer que estaba estudiando limitar la entrega de visados a funcionarios del Gobierno de facto por el estancamiento en las negociaciones para encontrar una solución a la crisis.
La reunión entre Llorens y Zelaya caldeó aún más los ánimos en Tegucigalpa. Micheletti criticó al diplomático estadounidense, al que acusó de entrometerse en la política interna hondureña. "El señor embajador está cometiendo un grave error si está haciendo eso", dijo.
El jueves, mientras Zelaya y Llorens discutían a puerta cerrada en Managua, en las afueras de Tegucigalpa continuaban los enfrentamientos entre policías y simpatizantes del depuesto presidente, que mantenían bloqueada una carretera de acceso a la capital. Hubo seis heridos, uno de ellos grave al recibir un balazo en la cabeza, y 88 detenidos, según cifras de la policía.
En Managua, Félix Maradiaga, experto en temas internacionales de la Universidad Americana, considera que la violencia se puede recrudecer con el discurso de Zelaya de crear milicias en la frontera entre Nicaragua y Honduras para intentar recuperar el poder en su país. El diputado del Partido Liberal Constitucionalista de Nicaragua Carlos Gadea Avilés aseguró ayer a la agencia Efe que "amigos de Zelaya están capacitando (...) en fincas sandinistas a sus seguidores y les están formando por escuadras". El presidente de la Comisión de Paz de la Asamblea Nacional nicaragüense, Maximino Rodríguez, ha denunciado también que Zelaya proyecta armar a grupos de seguidores con el apoyo de Venezuela. "Se está dejando llevar por los malos consejos de Hugo Chávez y Daniel Ortega, que no quieren una salida institucional a la crisis", resumió Maradiaga.
El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, analiza una propuesta enviada por el presidente de hecho, Roberto Micheletti, que le sugiere que el diálogo para encontrar una solución a la crisis política sea trasladado a Honduras. Arias relató que Micheletti sugirió como mediador a Enrique Iglesias, ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y actual secretario general Iberoamericano. "Iglesias de pura casualidad acompaña a la vicepresidenta española [María Teresa Fernández de la Vega] este fin de semana, de tal manera que lo tendré aquí y podré conversar con él", dijo Arias.
El Congreso de Honduras formó una comisión para analizar la posibilidad de declarar una amnistía para todos los involucrados en la crisis política de su país. El próximo lunes, esa comisión hará públicas sus conclusiones.
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