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Menores en la calle y sin control

Varios de los jóvenes inmigrantes conflictivos que se fueron "voluntariamente" de Deba siguen deambulando por Guipúzcoa - La alarma social se extiende

Hace muchos años que no se vivía una alarma social de esta magnitud, reconocía ayer en la SER Miguel de los Toyos, alcalde de Eibar, uno más de tantos municipios afectados por el comportamiento de los menores extranjeros más conflictivos tutelados por la Diputación de Guipúzcoa. Desde la creación del centro de Deba -dos grupos denunciaron malos tratos ante la Justicia-, la alarma no ha hecho más que incrementarse, apuntalada por la sucesión de titulares que asocian al colectivo con la delincuencia. "Se está repitiendo un tipo de delito bastante similar", señaló por su parte el presidente de Eudel, Jokin Bildarratz: "con Interior algo tenemos que trabajar". En Deba, localidad que acoge un centro de menores considerados conflictivos por el ente foral, los vecinos viven con miedo, según relataba un vecino de un caserío cercano al centro.

"Algunos menores están abandonados a su suerte", denuncia el 'ararteko'

Nada más conocerse que dos menores extranjeros habían sido detenidos por robar y destrozar al menos 15 vehículos en Azpeitia el pasado domingo, la Diputación quiso recalcar que estos jóvenes ya no están bajo su tutela porque se dieron de baja voluntariamente y no sabía ni siquiera que seguían en la provincia. Desde la creación del citado centro, pensado para acabar con el efecto llamada que hacía de Guipúzcoa un destino predilecto para los menores magrebíes, al menos una cuarentena de jóvenes se dieron de baja "voluntariamente" -a finales de 2008, había un total de 221 menores bajo tutela foral y el pasado 29 de abril la diputada de Política Social, Maite Etxaniz, cifró en 180 el número de menores inmigrantes tutelados-. Aunque no existen datos fiables y muchos de ellos optaron irse a otra comunidad autónoma, es muy probable que muchos sigan deambulando sin control por las calles, con graves problemas de salud mental y de consumo de drogas. La Policía Municipal de Rentería, donde la presencia de los menores encendió la mecha de un conflicto entre los vecinos de Iztieta y varios comercios marroquíes, deshizo recientemente un refugio en el que solían dormir. La Diputación, por su parte, informó a la prensa de que ha pedido a la Fiscalía de Guipúzcoa que investigue si estos menores reciben cobertura y cobijo por parte de personas adultas para delinquir.

Durante su intervención la semana pasada en un curso de verano, el ararteko, Iñigo Lamarca, no pudo ser más rotundo: "Algunos menores están abandonados a su suerte y deambulando entre diferentes comunidades autónomas". "Sería preciso investigar hasta qué punto es voluntaria la declaración de cese [de la tutela]", añadió.

Entre algunos menores ha calado la idea de que su mejor opción ahora es cometer suficientes delitos hasta conseguir su ingreso en un centro de reforma (decretado por un juez). Creen que allí se les tratará mejor, se les tramitarán los papeles y recibirán formación, según relataron varios de ellos y confirmaron personas que trabajan con el colectivo. Meses atrás, un menor se acercó al Juzgado de Menores de San Sebastián y pidió explícitamente "ir a Zumarraga", un centro cerrado.

En el centro de Deba se está construyendo una nueva valla de seguridad más alta para impedir que los menores salgan.

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