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Crítica:Feria de San Fermín
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El Salchichón de Oro

Si Sebastián Castella llega a matar bien al quinto de la tarde le dan una oreja -¿quizá dos?-, que sumada a la que cortó en su primer toro, hubiera salido a hombros y a lo mejor de regalo le conceden el Salchichón de Oro. Para su desgracia mató ese toro de forma lamentable... no, no y no. El público tiene que ser más exigente. No pueden convertirse miles de espectadores en orejófilos empedernidos. Así no crece una plaza que se precie. Dicho esto, se notifica que El Cid fue cogido en el primer toro de la tarde nada más iniciar la faena.

Los toros de El Ventorrillo salieron con las fuerzas justas. Desiguales de peso. Con astas buidas, tal vez lo único destacable. Algunos embistieron pero se vinieron abajo pronto. El cuarto fue protagonista de lo más bochornoso que se pueda dar en una plaza de toros. En medio de la faena se acostó, falto de raza y de lo que debe llevar dentro un toro bravo. Esa plaza regaladora de orejas tenía que haber protestado con fuerza, advirtiendo a los toreros y a la empresa que no pagan para ver animales que se tumban como borregos o palomas viudas.

VENTORRILLO / CID, CASTELLA, MANZANARES

Toros de El Ventorrillo: de juego desigual.

Tras la cogida de El Cid en el primer toro, la corrida se convirtió en un mano a mano.

Sebastián Castella: dos pinchazos y estocada (silencio); -aviso- y estocada defectuosa (oreja); bajonazo, estocada y dos descabellos -aviso- (ovación).

Jose María Manzanares: pinchazo, media estocada -aviso-, metisaca, pinchazo hondo y dos descabellos (silencio); estocada (silencio); bajonazo (silencio).

Plaza de toros de Pamplona, 9 de julio. 5ª de abono. Lleno.

Más información
Veloz y bonita carrera de los toros de El Ventorrillo

José Luis Manzanares puso de manifiesto ayer cómo no se debe lidiar a los toros. Será difícil encontrar a un torero que utilizara su muleta citando al toro tan fuera de cacho, tan despegado y con tantas trampas.

Por irse de vez en cuando al rabo del animal en algunos pases, sepa el torero una verdad que viene cargada de sabiduría torera añeja: "En las vecindades del rabo el toro puede dar coces y hasta pisar, pero no cornadas". O sea, ya vimos que llegó usted a Pamplona a llevarse el dinero sin exponer ni medio centímetro de las verdes ingles lorquianas.

De Sebastián Castella queda en la memoria, pero no en el recuerdo, los tres pases cambiados en el centro del ruedo, valiente, estoico, ensebastiancastella. Y poco más. También él atesoró el toreo fuera de cacho y muy despegadito, cosa impropia en un torero que se supone de gran valor, en especial porque los toros de ayer, salvo las garrochas de sus pitones, no ofrecieron peligro alguno.

Parte facultativo: El Cid fue asistido de una cogida con dos trayectorias, en la cara anterior del muslo izquierdo, con trayecto de 10 centímetros, que afecta a tejido muscular, y otra herida que le atravesó el escroto. Menos grave. Una vez operado en la plaza, pasó a la clínica Virgen del Camino.

El Cid en el momento de ser cogido por su primer toro.
El Cid en el momento de ser cogido por su primer toro.LUIS AZANZA
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