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Cataluña tiene 129 barrios con viviendas insalubres

Cerca de 10.000 catalanes sufren acoso inmobiliario

De viviendas que pueden ser calificadas como chabolas hasta pisos pateras. Hay 129 barrios en varias ciudades y pueblos de Cataluña con bolsas de casas en las que sus ocupantes residen de forma insalubre. Y no sólo en zonas periféricas, sino también en los cascos antiguos de las localidades con edificios degradados, según el anteproyecto del Plan Territorial Sectorial de Vivienda (PTSV) de la Generalitat, al que ha tenido acceso EL PAÍS. Los vecinos de 42 de estos barrios aún no han accedido a ningún tipo de actuación de rehabilitación o mejora. El texto también considera que residen en malas condiciones los catalanes que sufren acoso inmobiliario, que cifra en unos 10.000.

El PTSV es el último de los tres documentos de los que debe valerse la Generalitat para su estrategia de vivienda. Una vez aprobadas la ley y el pacto de vivienda, el plan es la hoja de ruta para desplegar los objetivos de ambos textos. Y uno de ellos es erradicar la infravivienda, desde pisos patera en los que se hacinan sobre todo inmigrantes hasta las casas autoconstruidas por gente que llegó a Cataluña de otras comunidades en la década de 1960.

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El Departamento de Medio Ambiente y Vivienda encargó a la Universidad Politécnica de Cataluña un informe, dentro del PTSV, para saber dónde se ubican estos pisos. Pues bien, dos tercios de estas bolsas de vivienda insalubre están en la provincia de Barcelona. Y la capital catalana tiene 22 barrios donde proliferan estos pisos.

El PTSV parte de un análisis de 2001 de la Fundació Bofill que detectó 91 barrios con infraviviendas. Si se hace balance del periodo que ha transcurrido desde entonces, en 36 barrios se han realizado rehabilitaciones que han reducido el volumen de pisos insalubres. Es el caso del casco antiguo de Barcelona. Y de barrios como Torre Baró, donde persisten graves problemas con casas que casi son chabolas por el estado en el que se hallan, a pesar de las mejoras de la zona.

De las áreas que sí se beneficiaron de alguna intervención, en 20 se realizaron mejoras públicas menores (el Gòtic y Raval, por ejemplo), por lo que el informe apunta que el problema puede persistir. El resto, 35 zonas, no han recibido ayudas.

Pero hoy hay más barrios en esta tesitura. Desde 2001 se han producido dos fenómenos que han disparado las quejas, en especial vecinales, por las malas condiciones de algunas viviendas. Se trata del boom inmobiliario, que dejó sin acceso a la vivienda a miles de ciudadanos, y la llegada de inmigrantes que se ven forzados a vivir hacinados, sobre todo en Barcelona (Ciutat Vella, Ciutat Meridiana, Verneda, Poble Sec y Eixample) y Badalona (Artigues, Remei, Sant Roc y Llefià).

Hay 38 nuevos barrios con infraviviendas que se han detectado mediante los proyectos de rehabilitación integral de barrios, reformas locales y quejas vecinales. La Generalitat ya está interviniendo en 22 de ellos, pero otros 15 están pendientes de que se pongan en marcha varios programas de mejora.

Las rehabilitaciones, no obstante, pueden dar lugar a la paradoja. Ciudadanos, sobre todo mayores, que vivían en zonas antes degradadas pueden sufrir acoso inmobiliario para que dejen viviendas por las que pagan rentas bajas. Eso ocurre en el Raval, Gràcia y el Poblenou de Barcelona, y también en Sabadell y Terrassa.El documento del Plan Territorial Sectorial de Vivienda (PTSV) advierte de que las dificultades para acceder a un piso están suponiendo que vuelvan formas de 'infravivienda' que parecían 'olvidadas'. Y el informe detalla varias: locales reconvertidos en vivienda, pisos en las azoteas, subterráneos. Es decir, espacios que no tienen cédula de habitabilidad, por lo que el informe insta a la Generalitat a reforzar las inspecciones. Pero también están los pisos donde se hacinan inmigrantes y las camas calientes, que son apartamentos donde los inquilinos se turnan para dormir ocho horas en la misma cama. Éstas no sólo se dan en Barcelona. El informe apunta a que también se han detectado casos en el barrio de Can Garcia de Manlleu, en L'Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, Vic, Salt y Cassà de la Selva. ¿Quién lo sufre? El colectivo de población inmigrante es el más perjudicado, dadas las situaciones irregulares que padecen muchos foráneos, la precariedad de sus economías y el riesgo de exclusión social. Pero el encarecimiento de la vivienda de los últimos años y la recesión han empujado a aceptar pisos en malas condiciones a 'sectores sociales no especialmente vulnerables', según el PSTV. El documento cita varios grupos: jóvenes en edad de emancipación, familias monoparentales, personas recién separadas y mayores. El documento elaborado por la Universidad Politécnica de Cataluña -bajo la batuta de Ricard Pié y Josep Maria Vilanova- advierte, además, de que las bolsas de vivienda insalubre no se concentran ya sólo en determinados barrios marginales. Se pueden encontrar en cualquier sitio de forma aislada. Y eso es, según el PTSV, lo 'preocupante', porque se requiere una 'nueva orientación' para adoptar otros instrumentos de actuación. Por ello, el texto propone elaborar 'un programa específico para actuar sobre las bolsas aisladas de vivienda'. El anteproyecto del PTSV será abordado en la comisión de seguimiento del Pacto por la Vivienda de la semana que viene por administraciones, patronales del sector, sindicatos y organizaciones sin ánimo de lucro. Además del texto sobre casas insalubres, analiza la participación de las empresas públicas y privadas en la promoción de pisos sociales, suma todas las zonas con reservas para vivienda protegida y se aproxima a las áreas donde hay una mayor demanda de vivienda. El borrador también calcula que deberán construirse casi 125.000 pisos públicos para que el 15% de todo el parque de viviendas sea protegido, como fija la ley.

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