La Generalitat insta a las tres cajas de fundación pública a fusionarse
Reunión de directores generales de Caixa Girona, Tarragona y Catalunya
El mapa catalán de cajas se mueve, pero a trompicones. Y, una vez abierto el melón, el Gobierno catalán teme que algunas entidades casaderas aún reticentes a fusionarse se enreden en sus dudas y acaben, demasiado tarde, llamadas a capítulo por el Banco de España. Ayer, la Generalitat instó en privado a las cajas a "ser responsables", en este caso a las tres de fundación pública -Caixa Tarragona, Girona y Catalunya-, a superar posibles reticencias y a seguir adelante con la hoja de ruta de una posible concentración.
El mensaje les llegó por boca del secretario de Política Financiera, Jordi Pericàs, del Departamento de Economía, bajo cuya responsabilidad recaen las cajas y que citó a los directores generales de las tres entidades: Rafael Jené (Tarragona), Jordi Blanch (Girona) y Adolf Todó (Catalunya). Pericàs, nombrado hace menos de dos meses, ya había sugerido la conveniencia de concentrarse en su encuentro de presentación ante las 10 cajas catalanas.
Los sindicatos dudan si la otra fusión en marcha provocaría despidos
Esta semana está siendo clave en este proceso. Por una parte, la tarde del martes se celebró una reunión de la ejecutiva de la mayor de las tres entidades, Caixa Catalunya, presidida por el ex vicepresidente del Gobierno socialista Narcís Serra. Fuentes próximas a la caja confirmaron que se admitió la existencia de "contactos" con Girona y Tarragona y que se explora una fusión a tres.
Por otra parte, la noche del martes fue relevado el presidente de Caixa Girona, Arcadi Calzada, por el economista Manel Serra, vinculado al PSC (socialistas catalanes). Calzada, nombrado cuando la Diputación de Girona, fundadora de la caja, estaba gobernada por CiU, rechazaba esta operación. Ahora, en la diputación hacen tándem de socialistas y republicanos. El relevo de Calzada por Serra se interpreta como un factor que allana el camino a la operación, criticada ayer por CiU. "Nuestra posición es no intervencionista, son las cajas las que tienen que tomar una decisión. Pero eso no es lo que están haciendo los demás, como se ve en Caixa Girona", declararon ayer fuentes de la federación, que, al menos públicamente, no exige que Serra no sea el presidente de la caja resultante de una eventual fusión. CiU gobierna en la Diputación de Tarragona, fundadora de su caja.
Otro pedazo del mapa catalán de cajas ha sido esbozado también con los coqueteos entre las privadas Caixa Manlleu, Sabadell y Terrassa, de las que el Banco de España espera mayor concreción. Manlleu y Terrassa explicaron sus "alternativas de colaboración" a sus comités de empresa y les enviaron un mensaje de tranquilidad. CC OO de Catalunya, mayoritaria en el sector, insiste en que las plantillas están "ajustadas" y no habrá un excedente significativo. Fuentes de UGT de Catalunya, sin embargo, estiman que, "como mínimo, sobrarán 400 personas". Las tres cajas suman casi 4.000 empleados. Están por ver las duplicidades reales de oficinas no rentables, o si se suman otras entidades al club, como Caixa Manresa o Penedès.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.