El presidente de Italia pide "una tregua" para el G-8
"Mi Gobierno es el más seguro y estable de Occidente". De visita en Nápoles, Silvio Berlusconi aprovechó ayer la conferencia de prensa de presentación del G-8 para reafirmar, aunque sin citar el caso, que no piensa dimitir por los escándalos sobre sus fiestas, actualmente bajo investigación judicial en Bari. "He leído dudas en algunos periódicos europeos sobre la estabilidad del Gobierno italiano", señaló el primer ministro, "y creo que me toca despejar esas dudas. Hay una amistad fraterna entre los líderes de la mayoría y yo y acabamos de vencer las elecciones".
Las palabras de Berlusconi llegaron horas después de que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, hiciera una petición pública de "una tregua" a los medios de información y los partidos. Napolitano dijo que, comprendiendo las razones de unos y otros, sería apropiado aparcar "las polémicas en vista de la delicadeza de la gran cita del G-8", que se celebrará en L'Aquila del 8 al 10 de julio.
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