Prevenir las quiebras

Pocas regulaciones eran tan necesarias como un protocolo que dispusiera los pasos que deben darse en el caso de crisis bancarias. Sin embargo, las vacilaciones, dudas y desencuentros del Gobierno, el Banco de España y del PP, primer partido de la oposición, han demorado la aprobación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que quiere ser el plan de rescate eficaz de bancos y cajas en caso de insolvencia o quiebra. Se aprobó el viernes pasado, nada menos que tres meses después de la traumática intervención de la Caja Castilla La Mancha (CCM). La morosidad hipotecaria crece empujada por el paro, al tiempo que los activos inmobiliarios que se han adjudicado los bancos en compensación de deuda de las promotoras no tienen otro recorrido que a la baja. El resultado es que algunas entidades bancarias pueden dar pérdidas al final de este año o el próximo.

El FROB trata de anticipar esto. Lo más relevante es la asignación de fondos públicos para apoyar la recapitalización de las entidades que lo necesiten. Que a cambio de estas ayudas públicas se exija la reestructuración de las entidades afectadas es comprensible, pero sería deseable que ese ajuste tenga lugar antes de la intervención que el decreto prevé en caso de deterioro grave de los balances que da lugar a la intervención. El Banco de España puede inyectar fondos sujetos a condiciones -y a la devolución del capital-, pero las fusiones o reestructuraciones han de tener lugar antes de la medida última y excepcional, que es la intervención. Por eso el Fondo defiende el apoyo a aquellas operaciones de fusión que voluntariamente se lleven a cabo sin necesidad de esperar a que los recursos propios sean insuficientes y haya causa de intervención.

Para ello es imprescindible que las cajas y los Gobiernos autónomos estén plenamente dispuestos a integraciones con cajas de otras comunidades autónomas. Sería un despropósito que los responsables regionales se atrincheraran en la defensa de sus cajas frente a la integración con las demás. Dicho de otro modo, la creación del FROB no evita que los dos partidos políticos mayoritarios se pongan de acuerdo en la reforma del sistema. Por el momento, las cajas son necesarias; no es necesario privatizarlas como ahora reclama Aznar, y pueden contribuir al desarrollo regional si se refuerzan a través de fusiones con entidades de otras comunidades autónomas.