Finanzas con acentos

"No tenemos datos y los que hay, no los están contando". Esta declaración de un miembro del Gobierno andaluz ilustra el sigilo con el que se está desarrollando el último tramo de la negociación sobre la financiación autonómica entre el Gobierno central y las comunidades, un recorrido con peligrosas curvas finales en el que se están produciendo muchos tirones a múltiples bandas y donde lo que se percibe es una gran preocupación. La de los socialistas andaluces no es menor, sino máxima, porque creen que hay una "tentación de ceder" ante las peticiones de Cataluña, afirman desde el Ejecutivo autonómico. Han pasado de gustarles la música de la financiación a no gustarles nada. Cuanto más contentos se muestran los dirigentes políticos catalanes, más mosqueados están los andaluces. Pero, ¿en qué lo basan?, ¿por qué? "Porque creemos que la posición de la señora ministra ha cambiado", asegura de manera gélida el número dos del PSOE andaluz y consejero de Gobernación, Luis Pizarro.

"No sabemos el incremento de recursos con el que vamos a contar"

"Creemos que la posición de la señora ministra ha cambiado"

-¿En qué ha cambiado?

-No sabemos a qué obedece, porque no hemos tenido ocasión de hablarlo con la ministra-, dice Pizarro.

-¿Y eso?

-Estará muy ocupada.

La "señora ministra" es la vicepresidenta segunda y responsable de Economía y Hacienda, Elena Salgado. Sus declaraciones a EL PAÍS el domingo pasado han puesto en guardia al Gobierno que preside José Antonio Griñán. "El Estatuto de Cataluña dice que se tenga en cuenta la capacidad fiscal. Y es verdad que, con los datos de liquidación de 2007, Cataluña quedaba por debajo de la media y nos parece razonable que mejore su posición relativa", dijo Salgado.

Los andaluces abominan de un reparto en el que prime la riqueza de los territorios y se limite la aportación a la solidaridad, como recoge el Estatuto catalán. El objetivo del modelo para los andaluces "es la búsqueda de la igualdad y, por ello, la variable fundamental sobre la que establecer el nivel de necesidad y recursos ha de ser la población", afirma la consejera de Economía y Hacienda, Carmen Martínez Aguayo.

Las afirmaciones de Salgado, sumadas a las del presidente de ERC, Joan Puigcercós, en la prensa catalana defendiendo una ordenación en la que "Cataluña tenga en el reparto un índice del 105%" fueron las que motivaron la advertencia de Griñán en Los Desayunos de TVE de que Andalucía "no estará en el sistema" si el modelo genera desigualdades. También lo dijo en su reunión con el presidente Zapatero, el pasado día 17, pero el énfasis lo puso en el sí en vez de en el no. Como se ve, son bocinazos que se envían a través de los medios de comunicación y extraña sobremanera que se diga que no se contrastan descolgando teléfonos, que no se sepa, a menos de dos semanas de la firma del acuerdo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), cuántos recursos del fondo adicional que va a poner el Gobierno corresponde a cada cual, ni siquiera una horquilla aproximada.

Martínez Aguayo lo ha dicho en el Parlamento y a todo el que le ha preguntado. "Ni Andalucía ni ninguna otra comunidad sabe el incremento de recursos con el que va a contar. "No me han dicho ninguna cantidad". Ni siquiera la cifra de 9.000 millones de euros adicionales que el Ministerio de Economía propone a las comunidades para cerrar el nuevo modelo de financiación la tiene confirmada. Lo saben por los periódicos, reconoce Aguayo. La Junta mantiene que sea cual sea la cantidad de más, a Andalucía le corresponde el 15% de la financiación extra (1.350 millones si el fondo es de 9.000). Cataluña reclama el 25%.

El tono de las declaraciones de Pizarro sobre la señora-ministra-que-estará-muy-ocupada no es nada habitual en el PSOE en alusión a un miembro del Gobierno socialista y da idea de lo mosqueadísimos que están en la Junta. Griñán está que trina porque Salgado no se ha puesto al teléfono cuando la ha llamado su consejera de Economía, quien sí mantiene un canal de comunicación fluido con el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, la bestia negra de los socialistas andaluces durante la negociación del Estatuto de Autonomía y al que ahora consideran casi un aliado.

La Junta teme que Salgado haya podido romper el acuerdo base al que llegó con el anterior vicepresidente económico, Pedro Solbes, en el que se recoge que todas las comunidades obtengan el mismo nivel de recursos por habitante, además de la ponderación de la población en edad escolar y una mayor participación en la cesta de impuestos estatales (50% en el IRPF, 50% en el IVA y 58% en impuestos especiales), como también reclama Cataluña.

Esto es lo que el vicepresidente tercero y ex presidente andaluz, Manuel Chaves, debe aclarar mañana lunes en su primera reunión oficial con Griñán en Sevilla. Chaves conoce al dedillo la posición de su sucesor porque era la suya: el modelo hay que cambiarlo porque genera desigualdades (ver cuadro adjunto), pero si se prima la capacidad fiscal estará en contra. Es la curva final antes de la meta.