Orcera, sin presupuestos y en situación de quiebra técnica

El municipio jiennense de Orcera llegó a ser en el siglo XVIII sede de la Provincia Marítima de la Sierra de Segura y aquí se redactaron las Ordenanzas del Común que regulaban la enorme riqueza forestal de esta comarca. Pero, hoy, Orcera ha dilapidado todo el potencial que la convirtió en capital administrativa de la comarca más extensa del parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas. La emigración ha vuelto a florecer, la agricultura está en recesión, la industria es inexistente y el Ayuntamiento de esta localidad de apenas 2.200 habitantes está en situación de bancarrota.

"Sí, se puede decir que es una situación de quiebra técnica", admite el alcalde, el popular Gregorio Linares Zorrilla, cuyo partido gobierna gracias a un atípico pacto de gobierno con el único edil de IU. El Consistorio adeuda casi un millón y medio de euros a la Seguridad Social -lleva 16 años sin pagar la cuota de los trabajadores-, la deuda a proveedores supera los tres millones de euros y la decena de empleados municipales lleva tres meses sin cobrar. Además, varios edificios municipales, como la plaza de abastos o la biblioteca, llegaron a quedarse recientemente sin suministro eléctrico por impago de la factura de la luz.

"Estamos en un estado de asfixia financiera porque cada vez son más las competencias que tenemos que asumir los ayuntamientos y menos los recursos disponibles", se defiende el alcalde, que añade que el equipo de gobierno trabaja en un plan de saneamiento una vez se conozca el resultado del informe de la auditoria que se ha encargado.

Embargos

De momento, las consecuencias que esta situación acarrea es que Orcera lleva dos años sin recibir los fondos estatales del Ministerio de Administraciones Públicas porque no tiene regularizada su deuda con la Seguridad Social y aún no ha iniciado las obras del Plan E. Por el mismo motivo está sufriendo embargos de las cantidades que debe percibir por su participación en los tributos del Estado.

El equipo de gobierno culpa de esta situación a los efectos de la crisis económica y también a la herencia del anterior gobierno socialista, una tesis que rechaza el ex alcalde y actual portavoz socialista, Joaquín Zorrilla: "Es una huida hacia delante, es verdad que hace dos años había deudas pero éstas se han multiplicado en este periodo". Zorrilla lamenta la ausencia de un plan económico para hacer frente a esta crisis financiera, censura que los presupuestos estén prorrogados desde 2007 -el último de ellos rondaba el millón y medio de euros- y critica el alto número de empleados de libre designación y el "despilfarro" del gobierno local.