Obama pide a Irán responder a los deseos de apertura

Barack Obama insistió ayer en que, pese a la "profunda preocupación" que le produce la crisis derivada del proceso electoral en Irán, corresponde a los iraníes y no a Estados Unidos resolver la situación. Al mismo tiempo, expresó su confianza en que se encuentre una solución que recoja las aspiraciones de apertura manifestadas estos días por los ciudadanos en las calles.

"Dada la historia de las relaciones entre Estados Unidos e Irán no creo que fuese apropiado que el presidente norteamericano apareciera involucrándose en los asuntos internos iraníes", declaró Obama en una conferencia de prensa conjunta con el presidente de Corea del Sur, Lee Myung-Bak.

Obama reclamó, sin embargo, el respeto de las autoridades iraníes a la libertad de expresión y condenó la violencia de las últimas horas. Pero también evitó toda clase de amenazas y dejó la responsabilidad en manos de los iraníes.

"Mi esperanza", dijo, "es que el pueblo iraní dé los pasos necesarios para responder a las aspiraciones expresadas estos días". A un paso de aceptar formalmente la victoria de Mahmud Ahmadineyad, Obama manifestó que su interés es que el régimen iraní satisfaga de alguna manera la voluntad de millones de ciudadanos de reducir el abismo entre su país y el resto del mundo.

Estas declaraciones, que confirman que la Administración norteamericana ve la partida prácticamente acabada en Irán y está dispuesta a negociar con Ahmadineyad, han sido criticadas en EE UU por sectores conservadores, que pedían una posición más firme.

"Lo que debería haber dicho es que éste es un proceso corrompido, que las elecciones han sido un vulgar fraude y que el pueblo iraní ha sido privado de sus derechos", reclamó el ex candidato presidencial republicano John McCain.

Corea del Norte

Pero ni parece tan seguro el fraude ni el carácter pragmático de Obama se acopla bien a una posición como ésa. Obama busca más bien una solución como la de Corea del Norte, donde ha conseguido una alianza internacional para presionar sobre el régimen comunista a fin de que renuncie a sus ambiciones nucleares.

En su encuentro con el presidente surcoreano, Obama advirtió que no se aceptará que Corea del Norte posea armas nucleares, pero que si vuelve a las negociaciones, se puede encontrar la fórmula para su reincorporación a la comunidad internacional.