La amenaza nuclear norcoreana

Dijo Einstein que no sabía cómo se combatiría en la Tercera Guerra Mundial, pero sí que en la Cuarta se lucharía con piedras y palos. Y llegados al 2009, siendo ya parte de la historia la guerra fría, se acrecienta la preocupación por la amenaza nuclear norcoreana, una preocupación tan comprensible y fundamentada como, a mi parecer, mal enfocada por dos razones principales.

Primero, la actitud de Corea del Norte sigue cierta lógica previsible, dado que es uno de los tres países principales que fueron incluidos por Estados Unidos en el eje del mal (con Irak e Irán). Después de ver lo que ocurrió en Irak, no debería extrañar a nadie que tanto Irán como Corea del Norte estén buscando adquirir aquellas armas que hubieran querido tener los iraquíes para ahorrarse el infierno que están atravesando.

En segundo lugar, la preocupación se queda corta, porque además de Corea del Norte existen otros ocho países que poseen armas nucleares: Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, Israel, Pakistán y la India. También debería preocuparnos que el único país que ha utilizado la bomba atómica -por partida doble-, EE UU, mantiene un enorme arsenal.

Si realmente nos preocupa la amenaza de proliferación y utilización de armas nucleares, lo que habría que hacer es presionar a Estados Unidos y Rusia, las dos grandes potencias nucleares, para que, de una vez por todas, inicien un proceso internacional de desmantelamiento y consiguiente abolición y prohibición de armas nucleares que incluya a todos los países que las poseen.