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"Me casaba en un mes, pero..."

Incertidumbre en los empleados de la empresa Iveco a la espera de los despidos

Una palabra resume el ambiente de trabajo en el mastodóntico complejo de Pegaso-Iveco. Ayer, a la salida de la planta, estaba en boca de todos: "Incertidumbre". Como bien resumía Paco Macías tras ocho horas en la cadena de montaje, "ocho meses dándole vueltas a la cabeza es mucho tiempo". Con una reducción de días de trabajo desde octubre, la espada de Damocles del despido está cada vez más cerca de la cabeza de los empleados.

La fecha tope es el domingo, cuando acaba el plazo para la resolución del expediente de regulación de empleo (ERE) presentado por la empresa para despedir a 1.024 trabajadores. "No sabes qué va a ser de ti la semana que viene y sólo queda recortar gastos en casa por si vienen mal dadas", comentaba Iván Tizón, tres años trabajando en Iveco. Recortes que, en algunos casos, como el de Paco, han llegado a posponer bodas: "Me casaba dentro de un mes, pero con mi novia en paro y sin saber qué será de mí...".

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Madrugar sin saber qué deparará él futuro "va acabando con la paciencia de uno", confesaba Paco. La fábrica, 374.000 metros cuadrados de hormigón, cristal y hierro, sólo tiene actividad por las mañanas. Y poca, porque la media desde enero es de dos semanas de trabajo al mes, y la productividad ha bajado de 100 camiones al día a 28. Después de la jornada, los trabajadores se acercaban al aparcamiento con caras largas y pocas ganas de hablar. "A ver", resumía lacónico Rafael, "vienes, haces el trabajo que te mandan y a esperar".

Los días libres en casa no son mucho mejor. Todo el tiempo dándole vueltas a la cabeza. "No te lo puedes tomar como unas vacaciones", relataba el veterano Luis Miguel González (30 años en Iveco). "Ves que no es coyuntural, te desanimas...".

Desánimo, y miedo. "No te puedes despistar un minuto", se quejaba Francisco. "Hay un ambiente malísimo, los jefes apuntando cualquier parada, con el tiempo justo para el bocata...". Los trabajadores temen que la empresa aproveche cualquier "despiste o retraso" para el despido. "Si tienen que echar a 1.000 cualquier excusa les puede valer".

"Hoy estamos algo mejor por la nota informativa", explicaba Iván Tizón. Se refería a la nota en la que los sindicatos anunciaban el aplazamiento de la protesta prevista para este viernes frente al Ministerio de Industria. Después de hablar con la administración central, explicó ayer Fructuoso Cuesta, presidente del Comité de Empresa, "parece que Iveco está dispuesto a rebajar sustancialmente el número de despidos". Una luz al final del túnel.

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