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El PSdeG sólo pactará sobre el gallego con el plan de Fraga

Los socialistas comienzan a aclarar su postura respecto al gallego. Después de que su secretario general exigiese, el 17 de mayo y ante la tumba de Ramón Piñeiro, "sacar la lengua del combate político", el Grupo Parlamentario del PSdeG anunció ayer una interpelación al conselleiro de Educación. "Nosotros estamos dispuestos al consenso", expuso el diputado Guillermo Meijón, "pero es el Gobierno el que debe explicar cuál es el marco de juego de ese consenso". Y para el primer partido de la oposición, el acuerdo pasa por no renunciar al Plan de Normalización Lingüística, aprobado por las tres fuerzas políticas del Parlamento en 2004 y en cuya redacción participó el ahora responsable de Política Lingüística, Anxo Lorenzo.

"No renunciaremos a la tríada de Estatuto, Lei de Normalización y Plan", aseguró Meijón. Sin embargo, y a pesar de los mensajes contradictorios, la nueva Xunta no parece estar por la labor. De "remolino de ideas que no supone ninguna obligación legal" calificó el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, el texto del Plan de Normalización, al tiempo que abría la puerta a la segregación por idiomas y refrendaba la reforma de la Lei de Función Pública para eliminación de la obligatoriedad de conocer el gallego.

"Feijóo habla de derechos civiles", explicó el parlamentario socialista Francisco Cerviño, "pero ¿dónde están los derechos civiles de los ciudadanos a ser atendidos en su propia lengua?". Los diputados del PSdeG, que recordaron la secuencia política que desembocó, a última hora, con el desmarque de los populares en la elaboración del Decreto do Ensino en Galego de 2007, responsabilizaron a la Fundación de Análisis Económico y Social (FAES), que preside José María Aznar "de la ideología que está detrás del discurso del Gobierno sobre el gallego".

El BNG y el Gaiás

Los nacionalistas, por su parte, se interesaron por la Cidade da Cultura. "¿Existe o no intención de finalizar las obras?", se preguntó la diputada Ana Pontón, quien expresó su temor a que la Xunta convierta las instalaciones del Gaiás en "un McDonald's cultural". El BNG formuló una interpelación parlamentaria en la que también pregunta por si la demora en las obras, insinuada por el conselleiro de Cultura, supondrá su paralización "y cuál va a ser el coste". Además, interrogan sobre la redifinición de contenidos del complejo.

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