PSOE y PP enturbian la campaña con acusaciones por el uso de aviones oficiales

El estrépito político que recorre la campaña para las elecciones europeas desde hace una semana, cuando el Partido Popular denunció que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero se desplazó a los mítines de su partido en un avión de las Fuerzas Armadas, tuvo ayer como respuesta la transmisión por el PSOE de algunos de los viajes que hicieron ministros del PP. Pero la consecuencia de más trascendencia está en que el Gobierno, según anunció ayer la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, elaborará un decreto para regular lo que ya se hace y, en ningún caso, para limitarlo. El Ejecutivo se reafirma en esa utilización por razones de seguridad y por la necesidad de que el presidente del Gobierno esté permanentemente comunicado con su Gabinete, con los ministros y con el exterior de España.

"Cada viaje cuesta al erario público unos 3.000 euros", dicen los populares

Por este convencimiento se explica que Zapatero volviera el jueves a utilizar el avión militar para desplazarse un par de horas a Asturias a dar un mitin y que hoy lo vuelva a hacer para ir a León y varias localidades de la provincia, en las que hablará como presidente, en unos casos, y como líder del PSOE para terminar la jornada en un mitin en Ponferrada. La regulación que el Gobierno anuncia no tiene, en principio, mucho que ver con la que casi simultáneamente expresó la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría. El PP quiere también regularlo pero para que cuando el presidente del Gobierno se desplace en un avión oficial para ir a un mitin, su partido reintegre el importe del desplazamiento "a las arcas del Estado".

Éste es el marco político de ayer en el que el PSOE, finalmente, se decidió, después de varios días de dudas, a hacer públicos algunos de los viajes de Mariano Rajoy, cuando era vicepresidente del Gobierno, y de Federico Trillo, en su calidad de ministro de Justicia. Rajoy utilizó un Falcon para desplazarse a un mitin en Baleares en la campaña autonómica de 2003 y también a Galicia. El entonces vicepresidente del Ejecutivo se desplazó la tarde del 4 de abril de 2003 a Santiago en un avión oficial para dar una conferencia de prensa con el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Al día siguiente, sábado 5 de abril, participó en una convención del PP llamada "Galicia sí".

Trillo, por su parte, utilizó el avión oficial en la campaña autonómica del PP de 2003 al menos 10 veces. Al conocer estos datos, Rajoy aseguró ayer que siempre que utilizó el avión oficial para actos de partido había realizado también actividad gubernamental; situaciones que extendió al resto de los miembros de su Gobierno. "El presidente no debe echar más porquería, el viaje de Baleares lo hice en calidad de presidente del Patrimonio Nacional", replicó Rajoy desde Sitges (Barcelona). Exactamente por la dificultad de separar la condición de cargo público con responsabilidad de partido, es lo que hace que el PSOE y el Gobierno se reafirmen en su "estupor", porque el PP utilice este asunto como materia de ataque al Gobierno.

La secretaria de Organización y coordinadora de la campaña europea, Leire Pajín, acusó ayer al PP de utilizar "un doble rasero y embarrar la campaña electoral". Desde el PP, Soraya Saénz de Santamaría continuó con el asunto. "Cada viaje del presidente cuesta al erario público unos 3.000 euros, cantidad con la que pueden vivir muchas personas varios meses", calculó la dirigente popular.

Aunque durante cinco días Zapatero ha mantenido la tesis de que "por respeto a la institución de la Presidencia del Gobierno, a quienes la ocuparon y a quienes la ocuparán", no iba a entrar en la polémica, ayer se decidió hacer pública una pequeña muestra de la utilización de los aviones en el Gobierno del PP.

Las fuentes informantes señalan que confiaban en que los populares dejaran de azuzar con este asunto pero, al continuar, se impusieron en el Gobierno y en el PSOE quienes pensaban que, al menos, la opinión pública debía saber que era una práctica habitual, que nunca se había cuestionado.

Hasta ahora, La Moncloa se rige en sus viajes aéreos por un acuerdo genérico de Consejo de Ministros de hace más de veinte años. El próximo decreto fijará su utilización por parte del presidente y de los ministros. Fuentes de La Moncloa añadieron que esta iniciativa no se materializará de inmediato, para huir del calor de la polémica. No obstante, en el PSOE se seguirá con la misma línea de campaña. "Nosotros ideología, ellos basura", señaló la vicecoordinadora de la campaña, Elena Valenciano.