EE UU y Corea del Sur ponen en alerta sus tropas
Seúl se prepara ante posibles ataques en la frontera marítima en disputa
La espiral de tensión que vive Asia nororiental desde que el lunes Corea del Norte realizó una prueba nuclear subterránea continuó ayer. Corea del Sur y Estados Unidos aseguraron que han puesto en estado de alta alerta a sus tropas en la península coreana tras la decisión de Pyongyang, el miércoles, de romper el armisticio con el que finalizó la guerra de Corea (1950-1953) y la amenaza de que atacará al Sur si sus barcos son interceptados bajo sospecha de que transportan armas de destrucción masiva.
El mando conjunto para los 28.500 soldados estadounidenses que dan apoyo a los 670.000 de Corea del Sur ha elevado el nivel de alerta del tercero al segundo, en una escala de cinco, según afirmó Won Tae-jae, portavoz del Ministerio de Defensa. Se trata del nivel más alto desde 2006, cuando Pyongyang efectuó su primera prueba atómica. Won dijo que la decisión implica el refuerzo de los sistemas de vigilancia aérea, los analistas de inteligencia y otros métodos de recopilación de información. Washington tiene otros 50.000 soldados en Japón.
El Consejo de Seguridad estudia nuevas sanciones al régimen comunista
El diario surcoreano Chosun Ilbo, el mayor del país, publicó que el Gobierno ha preparado planes de contingencia ante la posibilidad de ataques con artillería y misiles cerca de la frontera marítima en disputa, en la costa occidental. El Gobierno de Kim Jong-il afirmó el miércoles que no podía garantizar la seguridad de los barcos del Sur en las aguas del mar Amarillo, escenario de choques mortales entre los dos países en 1999 y 2002.
Corea del Norte ha roto de forma unilateral el alto el fuego -que lleva más de medio siglo en vigor ya que nunca se convirtió en un tratado de paz- en respuesta a la decisión de Seúl de unirse a la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación (PSI, en sus siglas en inglés), impulsada por Estados Unidos en 2003 con el objetivo de impedir el tráfico internacional de armas nucleares, químicas y biológicas. Un total de 95 países, incluida España, participa en la coalición. En los últimos 15 años, Pyongyang ha renunciado a la tregua en cinco ocasiones.
El mando conjunto surcoreano-estadounidense declaró que sigue comprometido con el armisticio de 1953, que "ha servido como base legal para el alto el fuego en Corea durante más de 55 años y ha contribuido de forma significativa a la estabilidad en la región". "Sigue en vigor y es de obligado cumplimiento por todos los signatarios, incluido Corea del Norte", señaló en un comunicado.
El Consejo de Seguridad, que ha calificado la prueba atómica de violación de las resoluciones en vigor, está estudiando la imposición de nuevas sanciones. Se prevé que la votación de los 15 miembros del consejo tenga lugar el martes. Las sanciones podrían contemplar la prohibición de importación y exportación de cualquier tipo de armas, la congelación de activos, la prohibición de viajar a los funcionarios norcoreanos y la ampliación de la lista de empresas vetadas. El castigo ampliaría las penalizaciones aprobadas tras el ensayo atómico de 2006, que han sido en gran parte ignoradas y no aplicadas.
Dos mundos
Con el desmembramiento y la disolución de la antigua Unión Soviética en 1991, Corea del Norte se vio privada de una fuente esencial de ayuda y comercio. Posteriores errores de planificación, inundaciones, hambrunas, un conflicto interminable con la comunidad internacional y la aplicación de sanciones por el desarrollo de su programa de armamento nuclear agravaron las penurias.
Corea del Norte, un país pobre y aislado, es un fantasma frente a la opulenta Corea del Sur. Las cifras de las dos Coreas, puestas unas junto a otras, muestran las enormes diferencias. También las imágenes tomadas por satélite nocturnas, en las que se ve un Norte oscuro por falta de energía y un Sur refulgente y luminoso por las luces de sus modernas ciudades.
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