Santana negocia con dos grupos su privatización para antes del verano
Muriel defiende la ampliación del ERE para "quitar tensión" a los compradores
La aventura empresarial de la Junta de Andalucía al frente de la factoría automovilística Santana Motor, de Linares (Jaén), está viviendo sus últimos días. Después de 15 años como accionista mayoritario de la compañía, el Gobierno andaluz está a punto de cerrar la privatización del único grupo del sector de la automoción de la comunidad. El presidente ejecutivo de Santana, José Manuel Muriel, ha confirmado a este periódico que se está ultimando la negociación con dos grupos extranjeros, uno de ellos líder en el transporte por carretera, y se ha mostrado optimista de que la operación pueda cerrarse "antes del verano".
La adquisición de Santana no incluiría al modelo Massif, sobre el que pesa una opción de compra por parte de la multinacional italiana Fiat-Iveco, que tiene de plazo hasta noviembre de 2010 aunque, según Muriel, la misma se encuentra en una fase "muy caliente".
La opción de Fiat-Iveco sobre el modelo Massif se mantiene
Desde que la Junta se vio forzada a hacerse con el control de Santana tras la suspensión de pagos que la multinacional nipona Suzuki presentó en 1994 han sido varios los intentos del Ejecutivo andaluz por abandonar su atípica faceta empresarial. Sin embargo, las fuertes pérdidas arrastradas en los últimos años, el hecho de contar con una plantilla sobredimensionada y la caída de la producción en el último año por la crisis de la automoción lastraron todos los intentos.
Ahora, en cambio, parece que el escenario es el idóneo. Santana ya no es sólo una fábrica de todoterrenos sino que se ha diversificado en un parque empresarial con la entrada de un holding de empresas de capital mixto que producen vagones de tren, aerogeneradores o vehículos de emergencias. Así las cosas, la rama de automoción de Santana la forman solamente 363 trabajadores -muy lejos de los 2.500 que heredó la Junta- y, además, la compañía ha logrado adelgazar sus pérdidas, pasando de los 40 millones de hace cinco años a los 12 en 2008.
"Estamos negociando las propuestas de dos grupos solventes que nos merecen toda la credibilidad y que nos garantizarían un proyecto industrial donde aumente la carga de trabajo", asegura Muriel, que compatibilizará su responsabilidad al frente de Santana con su nuevo cargo como primer ejecutivo del grupo aceitero SOS. "No habrá dejación de mis responsabilidades en Santana ni vacío de poder, antes de irme quiero dejar cerrado el plan de privatización y para ello he pedido una transición serena y ordenada para no soliviantar a clientes, proveedores y trabajadores".
La privatización de Santana llega en un momento de máxima inquietud entre los trabajadores por la intención de la dirección de aumentar durante 45 semanas más el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que, inicialmente, estaba limitado al primer semestre de este año. "No vamos a aceptar la extensión del ERE hasta el año 2010", advierte Enrique Martínez, de UGT. Pero Muriel, que hoy se reunirá en Sevilla con el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Martín Soler, para analizar el futuro de Santana, defiende la ampliación del ERE como estrategia para "quitar tensión" a los futuros compradores. "La situación del mercado automovilístico es la que es y no podemos dejar una patata caliente a los nuevos dueños de la compañía", subraya Muriel.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.