La Nobel birmana niega haber violado su arresto domiciliario
Suu Kyi seguirá en prisión al menos hasta el fin del juicio
La líder de la oposición birmana y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, negó ayer en el juicio que se sigue contra ella en la prisión de Insein que haya violado el arresto domiciliario en el que vive desde hace cuatro años y medio. Suu Kyi indicó que con este nuevo proceso la Junta Militar pretende justificar lo que Occidente y sus vecinos consideran injustificable: mantenerla apartada de su labor opositora (a menudo comparada con la de Nelson Mandela en Suráfrica) contra los militares que gobiernan Myanmar (la antigua Birmania).
El régimen decidió ayer levantar el arresto domiciliario de la dirigente opositora que debía expirar hoy. Pese a ello, Suu Kyi seguirá encarcelada en Insein mientras se desarrolla el juicio por la entrada en su casa del ciudadano norteamericano John Yettaw.
La premio Nobel se enfrenta a una condena de cinco años de cárcel si es declarada culpable de violar los términos de su detención. Suu Kyi declaró que no sabía nada de la intrusión de Yettaw, que alcanzó su casa a nado por el lago Inya, y que su asistente sólo le informó al respecto horas después de que se produjese. Añadió que decidió darle "refugio" por una noche y reconoció que no había informado a las autoridades.
En una rara concesión, la Junta Militar aceptó que asistieran al juicio periodistas y diplomáticos destacados en Myanmar, aunque no se autorizaron fotos, vídeos ni grabaciones. Suu Kyi fue interrogada durante algo menos de media hora.
Yettaw, de 53 años, que fue detenido el 5 de mayo cuando salía de las aguas del Inya tras un día y medio en casa de Aung San Suu Kyi, atribuyó su hazaña a la preocupación que sentía por la vida de la líder de la Liga Nacional para la Democracia, que desde 1989 ha pasado la mayoría del tiempo bajo arresto domiciliario o en la cárcel.
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