Renta
Era seguro que el paro se iba a convertir en la principal munición de esta anodina campaña de elecciones europeas y máxime en Andalucía en donde se roza el millón de desempleados. Los populares ya se encargan bien de ello, mientras que socialistas contraatacan acusando al PP de no importarles los parados salvo para usarlos con intereses estrictamente partidistas. Pero lo cierto es que se irán conociendo nuevos datos que vienen a indicar que la destrucción de empleo se está ralentizando, cuando no paralizando. Una noticia alentadora que, tal vez, rompa los planes de aquellos que se abonan a la tesis de cuanto peor, mejor.
En el caso andaluz, las cifras de paro registrado confirmarán la tendencia en positivo que se viene dando hace meses. En el de la construcción se constata un frenazo en la destrucción de puestos de trabajo. Aquí se podrán ya notar los efectos de los planes anticrisis, ya que las obras están en fase de adjudicación o en plena ejecución. En servicios el inicio de la temporada ha animado el empleo en la hostelería y restauración. Pero es que, además, hasta el sector industrial ofrecerá un buen comportamiento. Ésa es, al menos, la esperanza de las autoridades que comienzan a manejar estudios sobre la evolución del empleo en Andalucía.
Pero el protagonismo andaluz en esta materia adquiere más relevancia, si cabe, en la configuración de una fórmula para garantizar ingresos a aquellos parados que han agotado sus prestaciones. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ya ha apuntado que gracias a la gestiones del vicepresidente, Manuel Chaves, muy pronto habrá un acuerdo. Y será en base a la propuesta andaluza para que sea una renta ligada a una tarea vinculada a la formación. O sea, lo más alejado posible del subsidio. En definitiva, una verdadera política activa de empleo, sin más.
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