Gurokela atribuye cinco despidos a su situación económica "irreversible"
El Gobierno hereda un matadero en declive y el compromiso de irse del capital
El Gobierno vasco debía haber vendido el pasado año su participación en el capital de Gurokela, la empresa creada para centralizar los mataderos de esta comunidad autónoma. El Ejecutivo de Juan José Ibarretxe no cumplió su compromiso y la patata caliente ha sido heredada por el Gabinete de Patxi López. Si el pasado noviembre la empresa, impulsada en 2004 por el Departamento de Agricultura, Pesca y Alimentación, ahondó su crisis con la salida del consejero delegado, Iñaki García, la situación ha ido a peor. A la vuelta de las vacaciones de Semana Santa la empresa decidió expulsar a cinco trabajadores, todos ellos miembros del equipo directivo. En las cartas de despido se incluyen como justificación las pérdidas en el matadero que cifran en el ejerecicio de 2008 en 199.373,58 euros y en el de 2007 en 96.300, respectivamente.
El modelo Gurokela provocó críticas contra la política cárnica del Gobierno
En las cartas de despido se adjuntan las pérdidas de los dos últimos años
El proceso legal de conciliación laboral tras el despido no ha tenido éxito. En las cartas entregadas a los trabajadores, con efecto del pasado 14 de abril, se asegura que sus expulsiones responden a causas objetivas: económicas y organizativas. Asegura la empresa que se encuentra en una situación "negativa irreversible" lo que le fuerza a reducir personal para garantizar la viabilidad económica.
Los cinco despedidos son los responsables de personal, área industrial, dirección comercial y producto. El matadero contaba con una plantilla de 10 personas ya que el resto trabajaba con subcontratas.
El holding Gurokela SL, en el que el Gobierno participa con un 23,81% del capital junto a Mafridis con 8,65%, Haragiakin con un 6,72%, otros con un 8,41% y 280 ganaderos con un 52,41%, tiene dos filiales: la Sociedad Ganadera Gurokela, que se ocupa directamente del matadero de Bilbao y Gurodes, una comercializadora de carne.
La sociedad asegura que las pérdidas responden a la menor prestación de servicios de la empresa. En cualquier caso, ni las cuentas de 2007 ni las de 2008 se encuentran depositadas en el Registro Mercantil. La empresa asegura que la reducción de personal supondrá un ahorro de 177.000 euros que servirán para cubrir las pérdidas y afrontar la reducción de ventas. Las cartas de despido también señalan que las pérdidas de la matriz, que comercializa carne de label, son de 112.976,29 euros en 2008 y las de Gurodes de 553.364,37 euros. El plan de negocio de Gurokela establecía que en 2008 el beneficio sería de 1,644 millones de euros.
El matadero ha recibido subvenciones en 2006 de ayuda estructural a la inversión por valor de 406.500 euros. Las cuentas de 2005 y 2006 fueron positivas. Los trabajadores despedidos critican que la empresa haya querido hacer política social con el servicio y haya trabajado sin margen de negocio.
El matadero es fruto de una concesión por diez años del Ayuntamiento de Bilbao y se encuentra en su cuarto ejercicio. En principio debería trasladarse desde el barrio de Zorroza al final de este periodo. El matadero adeuda el canón municipal al Ayuntamiento de la capital vizcaína.
El matadero de Zorroza era de propiedad municipal, pero se sacó a concurso público con polémica: se adjudicó a Gurokela en concepto de alquiler durante diez años por 368.000 euros (la cifra de partida de la puja se había fijado en 330.557), una oferta sólo superior en 2.000 euros a la de la otra empresa aspirante. La consejería de Agricultura aportó 99.080 euros al capital social de la compañía en su constitución, en octubre de 2004, y en 2005 recibió dos subvenciones por importe de 1,3 millones y 406.049 euros.
El grupo Gurokela, que defiende su existencia por reunir todos los eslabones de la cadena, desde la producción hasta la comercialización de la carne, ha intentado monopolizar el sacrificio de reses en Euskadi en las instalaciones de Zorroza. Sin embargo, los ganaderos evitaron la clausura del matadero comarcal de Oñati, reabrieron el de Durango y pondrán en marcha en Salvatierra el nuevo matadero central de Álava, que sustituirá al de Vitoria, cerrado hace dos años.
El modelo de concentración de Gurokela llevó hace un año a carniceros, ganaderos y consumidores a rebelarse contra la política cárnica del Gobierno, y acusaron a la empresa de tirar los precios trayendo carne de fuera de Euskadi. La línea marcada era la establecida en el sector lácteo con Iparlat.
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