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Columna
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¿Es necesario controlar a Fomento?

Las inversiones públicas precisan cobertura presupuestaria. Sin presupuesto, no existe la posibilidad de que los proyectos sobre el papel se conviertan en kilómetros de carretera y línea férrea, terminales aeroportuarias o muelles. Por eso se entiende la atención que se le presta todos los años a los Presupuestos Generales del Estado y a la inversión que en ellos se cifra para cada territorio de España.

Por contraste, es llamativa la escasa atención que suscitan las modificaciones del presupuesto inicial (que existen) y sobre todo el grado de ejecución del presupuesto. De poco vale lograr acuerdos de inversión en el mes de octubre si luego eso no se concreta plenamente a lo largo del año siguiente. Lógicamente, la cuestión sería menor si las desviaciones e inconcreciones fuesen marginales en términos cuantitativas. Pero no parece ser el caso.

La ejecución de los Presupuestos del Estado en Galicia está por encima de la media

En un reciente trabajo junto al profesor José Caamaño, publicado en Papeles de Economía Española, analizamos la desviación de la inversión realizada por el Ministerio de Fomento, sus organismos autónomos y sus principales sociedades y entes (Puertos del Estado, AENA, Renfe, GIF/Adif y Seitt). Los principales resultados para el período 1997-2007 y todas las comunidades autónomas aparecen en la tabla adjunta. Los valores deben interpretarse como el porcentaje de desviación negativo o positivo respecto a lo inicialmente previsto y aprobado. Un valor positivo significa que, merced a una modificación al alza del presupuesto inicial, se acaba gastando más de lo previsto. Un valor negativo significa que no se ejecuta todo lo previsto. En nueve de los once años analizados, las desviaciones son negativas y significativas, con siete años en los que la desviación supera los diez puntos en valor absoluto. Galicia presenta, en general, unas cifras de ejecución mejores que la media. Existen territorios con cifras sistemáticamente peores que la media. Entre ellas figura Cataluña, lo que justificaría parte de las quejas formuladas desde la Generalitat.

En todo caso, parece evidente que se trata de un asunto relevante para todas las comunidades. Más, allí donde mayores son los esfuerzos inversores en cada momento. Galicia es desde 2005 (y lo será al menos hasta 2013) uno de esos territorios. Por eso me parece especialmente importante y urgente que se haga un seguimiento riguroso de los presupuestos. Sin duda, es muy positivo en este sentido que el nuevo ministro sea José Blanco o que el nuevo responsable de puertos del Estado sea Fernando González Laxe. Pero eso es compatible con crear en el Parlamento gallego una comisión de seguimiento de inversiones que evite las (legítimas) pugnas partidistas a corto plazo e impulse informes técnicos periódicos y en tiempo real de la ejecución de inversiones de Fomento en Galicia.

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