La esperanza de Morante llega a Madrid
Su faena al Juampedro del 28 de abril en la Maestranza de Sevilla es ya para muchos aficionados un hito del toreo. Las páginas de YouTube que la reproducen han alcanzado un número de visitas inusitado. Sin embargo, no se llevó el premio a la mejor faena de la feria y la afición anda dividida: los morantistas dicen que Sevilla no acaba de reconocerle del todo como al nuevo faraón, una vez retirado Curro Romero. Curristas hay, sin embargo, que consideran casi un sacrilegio el benéfico trato que el público le deparó al de La Puebla en la Maestranza. Finalmente, lo que se está debatiendo, es la cuestión sucesoria: ¿Después de Curro, Morante? El debate viene ya de algunos años y todavía no ha terminado. Ahora se traslada a Madrid, que también tiene mucho que decir en esto; tal vez, la última palabra.
Y es que Morante está como nunca. Ya no anda detrás de ese toro soñado, que en su cedazo entraban pocos. Últimamente se compromete con cada corrida, casi comulga con ella y aplica ese asombroso compendio del toreo entero que lleva en la cabeza, perfectamente conectada con el sentimiento desgarrado de su corazón.
Y así viene a Madrid, casi a salvar la feria, una vez descartada la presencia de José Tomás. Su mágica faena del año pasado en medio del aguacero convirtió a muchos. Seguro que contará con el favor del respetable, en cuanto despliegue el capote y la muleta y emane de ellos la desgarrada quintaesencia de su toreo tan puro.
