Una segunda oportunidad
La píldora poscoital es "una segunda oportunidad", como se ha encargado de remarcar la Sociedad Española de Contracepción (SEC) tras saberse que va a venderse en las farmacias sin receta. Y es su carácter excepcional lo que marca la diferencia con la píldora anticonceptiva tradicional. Precisamente porque no es para usarla a diario es por lo que puede tener una concentración de hormonas superior: se trata de que haga un efecto rápido y temporal.
Este uso excepcional es el que hace que los efectos adversos -que los tiene, como todos los medicamentos- se consideren "poco importantes", según Ezequiel Pérez Campos, de la SEC. Si una mujer usara este método a diario (o semanalmente), podría tener riesgo de hemorragias o de trastornos en la menstruación, por ejemplo. Pero el peligro es muy inferior si se toma sólo de manera esporádica.
La diferencia entre ambas pastillas es que la píldora diaria inhibe la ovulación, mientras que la del día siguiente tiene un mecanismo de acción añadido. Si coincide con el momento en que el óvulo está listo para liberarse, lo impide. Si no, puede evitar que actúen las hormonas que preparan la pared del útero para la implantación del óvulo fecundado. Y esto es lo que critican sus detractores. Para los más conservadores y para la Iglesia católica, que creen que la vida existe desde el momento en que el espermatozoide se fusiona con el óvulo, se trata de un aborto. Para la mayoría de los científicos -con la Organización Mundial de la Salud a la cabeza- no es así. Eso lleva el debate al campo de las creencias, como se vio en el cruce de manifiestos sobre la reforma del aborto, y no al de la seguridad del fármaco.
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