Ares y Balza testimonian juntos que no habrá "tiempos vacíos" en Interior

Interior fue el único departamento que escenificó ayer mismo el traspaso de poderes con ambos consejeros presentes: el saliente, Javier Balza, y el entrante, Rodolfo Ares. No resulta casual, como ninguno de los gestos que está adoptando estos días el nuevo equipo socialista, la demostración de sintonía entre ambos en un área tan sensible y núcleo de la lucha contra el terrorismo. Fue Balza quien explicó el sentido del acto, celebrado en la Academia de la Ertzaintza en Arkaute sólo una hora después de que Ares tomase posesión de su cargo en Ajuria Enea. Ambos consideraron importante, dijo, no sólo que el traspaso de poderes se realizase dentro de la "máxima responsabilidad y seriedad", sino que la sociedad "sepa que así está siendo", principalmente "en una materia tan específica como la seguridad".

Otras prioridadesAres: "Mi principal tarea será combatir a ETA para consolidar la paz"

El objetivo es "evitar la existencia de espacios de vacío que darían oportunidades a quienes hacen daño a esta sociedad", añadió, en referencia evidente a ETA. Balza agradeció su labor al conjunto de la Ertzaintza, por cuyo servicio público pidió que se lleve "la pancarta levantada siempre", a sus mandos y al equipo directivo del departamento, a cuyos componentes citó por su nombre de pila.

Se despidió con un recuerdo a los familiares de los ertzainas muertos en acto de servicio, en especial a los asesinados por la organización terrorista, de quienes dijo haber aprendido "la lección más dura" de su vida. Finalmente, deseó a Ares "la mejor de las suertes, porque ésa será la mejor suerte para todos y para el país".

El nuevo consejero invitó al acto a su familia -sus padres llegados desde Galicia, su esposa y sus dos hijos- y a un grupo de amigos y compañeros del PSE, entre ellos su presidente, Jesús Eguiguren; su portavoz parlamentario y secretario general de Vizcaya, José Antonio Pastor; el líder del partido en Álava, Txarli Prieto, y la consejera de Educación, Isabel Celaá.

Agradeció a Balza su "excelente disposición" en el trabajo para el relevo "en normalidad" que ambos y sus equipos han desarrollado en las últimas semanas. Quiso dejar al margen las discrepancias políticas para resaltar de Balza su condición de "político de talla" y reconocerle, "a él especialmente", precisó, su trabajo y dedicación "al servicio de la sociedad vasca".

Ares subrayó que su principal tarea será "combatir a ETA y a quienes la apoyan con todos los instrumentos del Estado de Derecho para consolidar definitivamente la paz". "No habrá espacios de impunidad" y los terroristas serán "perseguidos, detenidos y entregados a la justicia", añadió. Para ello, reforzará a la Ertzaintza y su colaboración con los otros cuerpos y fuerzas de Seguridad, en combinación con la deslegitimación social de los terroristas y sus apoyos, tareas para las que pidió respaldo social y unidad de los partidos.

El titular de Interior se mostró emocionado al dirigirse a sus padres -mencionó sus "sacrificios por un niño nacido en una humilde aldea de Galicia y criado en el barrio de Otxarkoaga"-, a su esposa Rosa -"mi ancla y mi refugio en los buenos y, sobre todo, los malos momentos"- y a sus hijos, Marta y Javier -"han pasado casi toda su vida viendo a su padre salir a trabajar escoltado"-. "Espero sentarme un día con vosotros para celebrar que el fanatismo ha desaparecido de nuestras vidas", les dijo.

Balza y Ares recorrieron después juntos las instalaciones de la Academia de Arkaute, donde les esperaban los mandos de la Ertzaintza. El nuevo consejero se reunirá en breve con todos y cada uno de ellos y sólo después decidirá los relevos que considere precisos.