París impide a los 'cascos azules' vigilar los abusos en el Sáhara
Francia se opuso con vehemencia, en la madrugada del viernes, a que el mandato del contingente de la ONU en el Sáhara Occidental (MINURSO) abarque la supervisión de los derechos humanos en ese territorio y en los campamentos de refugiados de Tinduf (suroeste de Argelia).
La ampliación del cometido de la MINURSO fue defendida por Costa Rica y Uganda, con el respaldo de México y Austria, durante el debate en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la prórroga del mandato de los cascos azules que se desplegaron en 1991 en la ex colonia española.
Los pesos pesados del Consejo de Seguridad guardaron silencio mientras que el embajador francés Jean-Maurice Ripert rechazó la petición costarricense y ugandesa. MINURSO es la única fuerza de mantenimiento de la paz que no es competente para vigilar los derechos humanos.
Varias ONG como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han escrito recientemente al máximo órgano de la ONU pidiéndole que corrija esta anomalía. La Delegación Magreb de la Eurocámara también lo solicitó en marzo, en un informe específico.
Marruecos se resiste a ello porque lo considera como una "intromisión en sus asuntos internos". Su adversario, el Frente Polisario, lo desea. Ahmed Boujari, su representante ante la ONU, acusó ayer a Francia de ser "la principal responsable" de que el Consejo de Seguridad actúe en el Sáhara "con una doble vara de medir".
Al final los miembros del Consejo alcanzaron un vago compromiso consistente en subrayar "la importancia de efectuar progresos en la dimensión humana del conflicto", es decir, en mejorar los derechos humanos.
La discusión sobre este asunto retrasó varias horas la aprobación, al final por unanimidad, de una resolución que prorroga un año el mandato de la MINURSO y que anima a Marruecos, que controla el grueso del Sáhara, y al Polisario, que reivindica la independencia, a "negociar sin condiciones y de buena fe".
Antes de que se reanude la negociación formal -la última ronda tuvo lugar en Manhasset (Nueva York) en marzo de 2008- se celebrarán reuniones informales entre ambos enemigos. Así lo solicitó Christopher Ross, el nuevo enviado personal para el Sáhara del secretario general de la ONU.
El embajador Ripert se singularizó también dando un apoyo explícito, durante el debate, a la oferta de autonomía, bajo soberanía marroquí, que hizo Rabat para el Sáhara hace ya dos años.
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