La seguridad, principal reto de la nueva delegada

Amparo Valcarce, nueva delegada del Gobierno en Madrid, prometió esfuerzo y trabajo. Pero sin dar más detalles. No era el momento. Ni el lugar. La principal testigo de su parca declaración de intenciones fue la vicepresidenta primera, María Teresa de la Vega. El escenario, el palacio de la Moncloa, en el que ayer tomó posesión oficial del cargo. Una responsabilidad a la que llega a sus 53 años desde la Secretaría de Estado de Política Social. Nada que ver, pues, hasta la fecha con las labores a las que promete aplicarse tanto "en beneficio de los ciudadanos".

Unas tareas que algunos de sus principales interlocutores sociales, sindicatos policiales y asociaciones de vecinos reducen a una grande: "El derecho de las personas a su integridad y seguridad". O en palabras más sencillas: "La sensación de inseguridad creciente de los madrileños, que puede acrecentarse con la crisis", según sentencia del consejero de Interior de la Comunidad, Francisco Granados.

"El problema de La Cañada es acuciante, se vende de todo ahí", dice el SUP

"El principal reto al que se enfrente Valcarce es garantizar un entorno seguro", redunda Nacho Murgui, de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAVN). Para después ir descendiendo en detalle con respecto a los desafíos de la nueva delegada: "Mejorar la seguridad en los PAU, que no tienen efectivos policiales y un desarrollo urbanístico muy disperso".

Una apreciación que comparte Felipe Brihuega, del mayoritario Sindicato Unificado de Policía (SUP). "Toda la zona norte es un gran desafío para la delegada. La comisaría de Fuencarral es la única que da servicio a toda esa zona, incluidos los PAU de Las Tablas y Sanchinarro y es muy pequeña para abarcar un espacio tan grande". Aprovecha, de paso, Brihuega para recordar a Valcarce la promesa de su antecesora de crear media docena de comisarías de policía nacional. Una de ellas, precisamente, en Las Tablas. Además, desde el SUP apuntan otros dos asuntos, en su opinión, pendientes: "El mercado de la droga de La Cañada es un problema de primera magnitud. Se está vendiendo de todo ahí y es necesario que la delegación se siente con las administraciones para cerrarla ya", apunta Brihuega, antes de señalar un último tema: "Las manifestaciones de extrema derecha y los problemas que conllevan".

Sobre este punto, el de las concentraciones ultras, también se demora Murgui: "Son exaltaciones racistas y una auténtica provocación", coincide. Más general es el diagnóstico que hace la Confederación Española de Policía a través de un portavoz: "Lo que tiene que hacer Valcarce es dialogar con todos y partir de unas cifras de delitos creíbles", aprecian desde este sindicato, al tiempo que muestran un panorama bastante sombrío: "Con la crisis la delincuencia es continua y afecta a todas partes. Hoy en día lo difícil es mantener el nivel del día anterior".

Inés Sabanés, de Izquierda Unida, vuelve a la perspectiva del plano general y habla de "la falta de seguridad". Un problema que, en su opinión, exige un acuerdo entre la nueva delegada, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad. Por parte de la Comunidad, Granados ya ofreció su colaboración "máxima".