"¡Abajo la guerra!"

"La historia de las ciudades es la historia de sus revueltas", comentaba ayer el antropólogo Manel Delgado durante la presentación del centenario de una de las revueltas más famosas de Barcelona, la Semana Trágica. "Su impacto en la historia de la ciudad es mayor incluso que el de la Guerra Civil", añadía Jordi Martí, delegado de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona. Razones no les faltan. Entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909, en Barcelona ardieron 80 iglesias y conventos, y murieron un centenar de personas.

Bajo la consigna de "¡abajo la guerra!", miles de personas protestaron por la movilización de reservistas para la guerra de Marruecos. Antonio Maura ordenó a 10.000 soldados reprimir la revuelta, con el resultado de miles de personas detenidas y cinco condenados a muerte, entre ellos Francesc Ferrer i Guàrdia, que fue acusado de instigar la revuelta y fue fusilado en Montjuïc.

Han pasado 100 años y en Barcelona se han programado una serie de actividades para analizar las causas, el desarrollo y las consecuencias de la Semana Trágica para esta ciudad. Ayer se presentaron los actos previstos por el Instituto de Cultura (Icub): siete exposiciones, seis seminarios, dos publicaciones y ocho itinerarios.

De hecho, las actividades ya han comenzado. En un seminario, en el Museo de Historia se aborda el malestar social en la Europa del XIX, el rechazo a la guerra y el anticlericalismo.

El martes, en la Biblioteca Balmes, comienzan unas jornadas, que inaugurarán el historiador Joan B. Culla y el cardenal Lluís Martínez Sistach, para revisara las consecuencias que se derivaron, y el día 7, en el castillo de Montjuïc, abrirá sus puertas la exposición ¡Barcelona en llamas!, con fotografías de gran formato del lugar donde estuvieron detenidas miles de personas. Una enorme reproducirá la imagen en la que se ve la ciudad con las columnas de humode las iglesias quemadas. Las imágenes del conflicto, captadas por fotógrafos que sacaron por primera vez sus cámaras a la calle, son la base de las exposiciones que desde junio podrán verse en el Archivo Fotográfico de Barcelona y el Archivo Nacional de Cataluña.

Pero también será posible visitar los escenarios de la revuelta. Las bibliotecas de Barcelona han organizado itinerarios, como el que parte de la Via Laietana, pasa por el Port Vell, donde embarcaron los reservistas, y culmina en Montjuïc, en busca de las huellas que dejó la revuelta.

En octubre, coincidiendo con el fusilamiento de Ferrer i Guàrdia, la fundación que lleva su nombre inaugurará una exposición de gran formato en la que colaborará el Ministerio de Cultura.