Donde está la dama de blanco
En la carretera de Valencia y a la hora que no conviene, es decir: cuando no estamos dispuestos; suena el móvil y nos atropella en recuerdos y advertencias.
Están bombardeando cerca.
Una llamada desde la amistad, precavida, advertida en el dolor y muy íntima, nos prepara persiguiéndonos hacia el territorio de los exegetas de Aragón.
Los que se mudaron pensando en Madrid y sus consecuencias, los asqueados del pueblo, los que llegamos ilusos a otro lugar para cambiar las miradas molestas, porque entendíamos otro bienestar: nos encontramos.
El diálogo, las noches con miradas a los ojos, el fracaso e incluso el éxito, nos permitía asistir atentos.
Estuvimos despiertos e ilusionados; jóvenes ingenuos, ajenos a la malicia, ausentes de futuro y esperanzados, aunque parezca contradictorio.
Hoy nos hemos embaucado en la rutina y el espectáculo, pese a los esfuerzos por intentar que no tuviera que ocurrir de nuevo. Nunca más la dama de blanco.
A los que dedicamos la noche a las confidencias y al silencio; a las luces apagadas; los ruidos de la calle y los deseos de salir para sentir las gotas de los barrenderos y sus mangas de riego en verano, un saludo.
Se acabaron las premoniciones pueblerinas y heredadas.
Se acabaron los textos censurados.
Hoy hemos muerto contigo, tus argumentos nos sirven para asistir al asilo que preparamos con diligencia, para vivir el olvido que hemos perseguido con diligencia.
José Luis Fajardo es pintor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.