Pensar el presente, crear el futuro
Escritores, artistas, urbanistas, arquitectos y teóricos debaten sobre el impacto de las crisis en el estado anímico y cultural de las sociedades y su espacio, la ciudad
Decir que el mundo vive un tiempo de cambios suena casi tibio ante los aplastantes efectos de la crisis actual. La depresión económica lo contagia todo y poco a poco parece provocar, en paralelo, una depresión anímica del conjunto de la sociedad. Pero también puede actuar como un resorte para replantearse el modelo capitalista y las dudosas excelencias de la globalización: sin duda, la coyuntura es propicia a la reflexión de talentos aletargados en los momentos de bonanza que se crecen ante la adversidad. Algunos de ellos se han reunido en La Casa Encendida de Madrid, en el marco de unas jornadas que llevan el escurridizo título de Pensar el Presente.
El escenario principal de las debacles son las ciudades y uno de los grandes temas del cambio de modelo económico es la subsiguiente transformación del modelo urbanístico en cuyas bases la mayoría de conferenciantes coinciden.
La globalización económica no se pone en entredicho, pero sí la cultural
El acuerdo es más que sorprendente si se tiene en cuenta la variedad de los perfiles presentes: el arquitecto africano Diébédo Francis Kéré, el jovencísimo estudio madrileño Langarita y Navarro, o el filósofo colombiano Armando Silva, que se ha dedicado a documentar las construcciones mentales de los ciudadanos sobre sus ciudades... y así hasta 27 escritores, cineastas y fotógrafos.
La tendencia de muchas de estas voces ha sido la de cuestionar la existencia de una globalización cultural y poner el foco en lo local como fuerza motriz de un cambio de modelo urbano. "Estamos dejando atrás la ciudad de los arquitectos y las instituciones por la ciudad de los ciudadanos". Son palabras de la catedrática de arte contemporáneo Estrella de Diego, directora de las jornadas. Los otros responsables del encuentro han sido el nuevo director del MUSAC de León, Agustín Pérez Rubio y José Guirao, director de La Casa Encendida. Precisamente en lo local se centra el proyecto del filósofo Armando Silva. Imaginarios urbanos es un compendio de fotografías y de datos que conforma un mapa afectivo de grandes urbes como Caracas, Santiago de Chile o Sao Paulo, localizando los lugares hacia los que sus habitantes tienen sentimientos positivos o negativos. Imaginarios urbanos es muy elocuente sobre lo poco universales que son los sentimientos más básicos del ciudadano. "La globalización puede haber sido una aplanadora que ha igualado todo en lo referente a la economía pero en nada más. Por ejemplo, el miedo es algo de carácter local. El terror a asfixiarse en el metro es un sentimiento propio de Ciudad de México pero no de Madrid", dice Silva. "Se pensó que Internet sería un fin en sí mismo y solo es un medio las tecnologías pueden ser globales pero sus usos son locales", añade.
Los planteamientos no se quedan en teorías. El arquitecto de Burkina Faso Diobédé Francis Kéré presentó en su conferencia imágenes de la construcción de un colegio en Gando, un pueblo de 3.000 habitantes al sur de su país proyectado por él. En ellas se veía a los habitantes de la población transportando materiales autóctonos para completar una construcción sostenible. Kéré es consciente de que esto es una utopía en Europa e invierte la idea: "no es posible hacer un traslado, exactamente igual que los modelos europeos en los que se han mirado nuestras ciudades no son posibles en África".
Para Estrella de Diego, el cambio de paradigma es una realidad que se puede resumir en una idea: "se acabó el dispendio de dinero, de tiempo y de inteligencia". En lo que atañe al reciclaje de la conciencia arquitectónica se muestra menos categórica: "Ha llegado el fin de los edificios escultura, construidos por arquitectos y estudios estrella que se pueden encontrar igual en Madrid que en Shanghai. También se han acabado las soluciones mágicas que vienen de las instituciones y llega el momento de la acción civil". De Diego está animada, y no es la única. Parece que la incertidumbre de ponerse a pensar el presente urbano entre este grupo de intelectuales de cada extremo del mundo produce más excitación que angustia...
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