La otra cara del dólar

En diciembre se reunirán las grandes potencias internacionales para luchar contra el cambio climático. Esto es un punto y aparte de la política que hasta ahora ha mantenido Estados Unidos. A diferencia de su predecesor, George W. Bush, que pretendía no emprender acciones contra el cambio climático, el actual presidente, Barack Obama, se ha ofrecido a "liderar la lucha contra el cambio climático en la reunión de Copenhague".

Parece que el líder americano viene pisando fuerte, y se está poniendo las pilas. El objetivo: reducir las emisiones para 2020 estén al mismo nivel que estaban en 1990. Sin embargo, sus propósitos son demasiado ambiciosos, Sarkozy le recordó que el objetivo es reducirlas en un 20% respecto a 1990. Este interés en el medio ambiente habría sido impensable durante la presidencia de Bush, quien reconoció el problema del cambio climático allá por 2007, pero no tomó medidas claras.

La unión entre Estados Unidos y Europa es el punto de inicio para comenzar grandes cambios. Dicen que después de la tormenta siempre llega la calma, y quizá la profunda crisis en que nos encontramos inmersos sea el punto de partida para que los grandes dirigentes de todo el mundo luchen juntos por un objetivo común.