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Las carencias y el éxodo de médicos colapsan el hospital de Orihuela

Usuarios y sindicatos culpan al Consell de su abandono en favor de la privada

El alarmante déficit de medios humanos y materiales del hospital comarcal de La Vega Baja, en Orihuela, que da cobertura a 163.000 personas, ha derivado en un clamor popular que se echó a la calle hace unas semanas para exigir una sanidad digna. Colectivos cívicos, organizaciones de profesionales sanitarios y sindicatos sostienen que el flamante centro hospitalario de Torrevieja, de titularidad pública aunque de gestión privada, y el hospital de San Jaime de la misma localidad, privado en su totalidad, son los exclusivos beneficiarios de las atenciones del Consell para conseguir consolidar su apuesta por su modelo sanitario privado.

El hospital de Orihuela, construido en 1988 con vocación de erigirse en el centro de referencia de la comarca, arrastra graves carencias en medios materiales y humanos desde hace años. Los facultativos soportaban, entonces, uno de los índices de presión asistencial más elevados del territorio valenciano que desembocaba en una perpetua masificación y colapso del centro -no en vano se trata de una de las zonas con mayor población flotante, que durante la época estival puede llegar a triplicar la habitual-. De hecho, en 2005, el sindicato CC OO ya alertaba de que el personal del centro, salvo médicos y personal administrativo, realizaba un exceso de casi 60.000 horas.

Para un normal funcionamiento, el centro necesita 30 nuevos facultativos

Las expectativas de mejoría se abrieron un año después con la construcción del nuevo hospital de Torrevieja, público pero de gestión privada. Sobre el papel, el nuevo centro sanitario "desmasificaría" el hospital de La Vega Baja al pasar a tener la mitad de la población asignada (163.000 tarjetas sanitarias en febrero de 2007). El resto, la colonia del litoral de dicha comarca, sería atendido por el hospital de Torrevieja. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. "Desde entonces ha habido un empeoramiento progresivo", un deterioro que para el secretario comarcal de CC OO en La Vega Baja, Salvador Giner, es claramente "consentido".

La abrumadora falta de medios tiene una derivada directa: la fuga de los facultativos. Actualmente, la plantilla de médicos es de 200 profesionales, una cifra exigua si se atiende a que los servicios de ginecología, radiología y anestesia (este último clave para el normal funcionamiento de cualquier hospital) operan con la mitad de los profesionales necesarios. La Consejería de Sanidad se escuda en la falta de profesionales, una justificación que rechaza frontalmente la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), que aglutina al 47% de los colegiados. Desde la CESM se admite el déficit de profesionales, pero en determinadas especialidades muy concretas, como es la de anestesistas. La razón última estriba, según coinciden todos los colectivos de profesionales consultados, en que las condiciones son poco atractivas para los profesionales.

Para el normal funcionamiento del hospital de Orihuela sería necesario un refuerzo de una treintena de profesionales. Un médico, que opta por el anonimato, describe un día laboral terriblemente duro. Las abultadas jornadas de guardia dan cuenta de ello. Los médicos del hospital de Orihuela realizan una guardia cada cinco o seis días, apuntan desde el sindicato médico; por ley, siempre según esta fuente, son tres como máximo al mes. "Que faltan médicos, eso es un tópico fácil de solucionar", apunta el especialista. Simplemente comparando los salarios con la región vecina, Murcia, se demuestran las mejores condiciones que allí ofrecen a los profesionales. Las guardias (el equivalente fuera del ámbito sanitario a las horas extraordinarias) se remuneran a 28 euros cada una, frente a los 22 euros que se abonan en la red valenciana. Pero si a la sobrecarga de trabajo se suma la falta de medios, directamente se traduce en un masivo exilio de los especialistas de Orihuela a otros centros hospitalarios.

Y mientras tanto, los grandes damnificados sufren las consecuencias de su desmantelamiento. Carmen Díez, portavoz de la Plataforma Vega Baja Salud, que se constituyó en febrero del pasado año con la suma de medio centenar de asociaciones en demanda de mejoras del hospital público, achaca a la Consejería de Sanidad la responsabilidad de "dejar morir este centro por intereses económicos". "Queremos que el hospital funcione a pleno rendimiento y que no se deriven pacientes a otros centros para beneficiar a ninguna UTE [en alusión a las empresas que gestionan Torrevieja]".

La lista de denuncias de los usuarios es interminable: anulación de citas ginecológicas de mujeres operadas de cáncer por falta de profesionales, desplazamientos de pacientes con cáncer a otros centros por falta de unidad oncológica, partos sin epidural en intervenciones vespertinas por falta de anestesistas...

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