"La ciencia-ficción apela al público en tiempos de crisis"
La sorpresa de Hollywood este mes ha sido Nicolas Cage. El californiano de 45 años pudo con todos: con el regreso de Julia Roberts en Duplicity, con esa última comedia romántica a lo Judd Apatow que es I love you, man... Cage se impuso por sorpresa en la taquilla estadounidense con Señales del futuro, un estreno apocalíptico de Alex Proyas (El cuervo; Yo, robot) que Hollywood apenas se molestó en anunciar y que la crítica vilipendió con ganas: la mezcla de números que anuncian cataclismos y marcianos no acaba de cuajar, excepto en taquilla, en donde ha estado dos semanas -hasta la llegada de Monstruos contra alienígenas- encabezando el listado de los filmes más vistos. Llega a las pantallas españolas el próximo miércoles.
La misma crítica que la tiene tomada con Cage, en su día un actor transgresor y ganador del Oscar con Leaving Las Vegas, porque lleva años haciendo "demasiadas películas en demasiados géneros", y en todas ellas apuesta por lo comercial. El sobrino de Francis Ford Coppola se les ha atravesado tanto que Patrick Goldstein, desde las páginas del diario Los Angeles Times, afirma que sus filmes tienen éxito "a pesar de Nic Cage". Lo cierto es que el actor sigue sorprendiendo, sigue forzando la máquina. Y al público, comercial o intelectual, le gusta.
Pregunta. ¿Le preocupan las críticas?
Respuesta. Ni busco la fama ni me metí a hacer cine para complacer a la crítica. Lo hice porque me gusta ir al cine. Hago películas por mí y por el público.
P. ¿Y la taquilla?
R. Eso sí me preocupa. Quiero que la gente vaya al cine. De ahí que la taquilla sea importante. Es decisiva para la industria en la que trabajo. Y me gusta que mis películas conecten.
P. ¿Ha notado el cambio en las elecciones de su carrera?
R. Soy de los que creen que un artista debe expresar lo que siente en cada momento. Hay cosas que funcionan cuando eres joven. A medida que te haces mayor, obras más punkis, como Besos de vampiro, dejan paso a otras, como las sinfonías que me gusta escuchar ahora.
P. ¿Así es Señales del futuro?
R. La película me sirvió como catarsis cuando decidí que no quería hacer otro filme cargando una pistola y disparando a la gente. El cine como medio es muy poderoso, deja huella. Es lo que me pasó cuando vi Síndrome de China. Por eso tengo que ser responsable con ese poder. Y de ahí que no quiera salir nunca posando en un cartel con una pistola. Eso no quiere decir que no vuelva a rodar películas violentas. Pero éste no es el momento. Además, llevaba mucho tiempo buscando una historia de un padre con su hijo.
P. El momento apunta a películas apocalípticas, a juzgar por el éxito de Señales del futuro.
R. Van con mi gusto. La ciencia-ficción y la fantasía apelan a mis recursos emocionales. Y creo que también apelan al público en estos tiempos de crisis. Se hacen muy buenas películas -una gran dosis de entretenimiento- cuando todo lo que vemos son tensiones entre países, calentamiento global, crisis económica. En medio de todo esto, el cine es la mejor vía de escape, la mejor fuente de sorpresas. Y la vida necesita sorpresas.
P. Antes hablaba de un cambio en sus elecciones como creador. ¿Y cómo espectador?
R. Mi gusto coincide bastante con las películas que hago. El señor de los anillos fue una obra monumental. Tuve la oportunidad de hacerla, pero al final... Mejor así: como no suelo ver mis películas, pude disfrutar de la trilogía.
P. ¿Cuál es su secreto para mantenerse ahí tras 30 años de carrera?
R. En una ocasión le pregunté a David Bowie cómo lo hacía, cómo era capaz de reinventarse y me dijo que nunca hay que volverse cómodo. Siempre tienes que forzar la máquina un poco más para salir de esa zona de confort que todos tenemos. Así tendrás la oportunidad de encontrar una nueva voz o unas diferentes versiones de la tuya.
P. Voces múltiples, a juzgar por el gran número de proyectos que tiene en cartera.
R. Bueno, no tantos. Tres, Teniente corrupto, Season of the witch y Kick-ass. Bueno, y El aprendiz de brujo. Sí, quizá son muchas. Soy tímido a la hora de reconocerlo porque me gusta mantener el enigma, sorprender al espectador. Por eso Stanley Kubrick nunca quería hablar de sus películas. No quería robarle nada al público.
P. Sin embargo, cada vez son más las secuelas y remakes...
R. Vivimos tiempos difíciles y es normal que la gente quiera un cierto nivel de seguridad cuanto se trata de gastar dinero. Y las secuelas ofrecen eso, seguridad. El público sabe lo que va a recibir."Quiero que la gente vaya al cine. De ahí que la taquilla me parezca importante" "Cuando te haces mayor, obras más 'punkis' dejan paso a las sinfonías"
Babelia
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