La puerta demasiado abierta del hospital
El SAS prueba fórmulas para reducir los problemas del libre acceso a los centros
Acaba de nacer y una veintena de ojos le miran. En la habitación 419 del hospital Puerta del Mar de Cádiz se celebra un nacimiento. Están los padres, los abuelos y una buena cantidad de amigos cargados de sonrisas, carantoñas y regalos. A ninguno de ellos le han pedido ningún pase para la visita. Tampoco ningún profesional sanitario regula su presencia. Las puertas de la mayoría de hospitales andaluces están abiertas y descontroladas. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) trabaja ya en varios centros para controlar los accesos y proteger la atención a los pacientes.
De un acceso controlado a los centros sanitarios se pasó en Andalucía, hace más de 15 años, al hospital de puertas abiertas. "Un error", en opinión de la mayoría de profesionales que creen que esta decisión le está costando cara a la sanidad andaluza. Funcionamiento inadecuado del profesional, molestias al paciente, menor higiene, incremento del riesgo de infecciones y una mayor inseguridad serían algunas razones.
Los profesionales se quejan de molestias para atender a los pacientes
Se ha llegado a contar a 41 personas en una habitación de 15 metros cuadrados
"Sí, porque el sanitario, ante la avalancha de gente que merodea por los pasillos o invade literalmente las habitaciones, se ve imposibilitado con frecuencia para hacer bien su trabajo; esto perjudica, claro está, al enfermo", afirma Carmen Gómez, jefa de bloque del Hospital de la Mujer, en el complejo hospitalario Virgen del Rocío de Sevilla.
Carmen y Rafaela Fernández, matrona supervisora en este hospital, cuentan y no acaban sobre los muchos obstáculos diarios que han de salvar los profesionales por esta causa. "Hemos llegado a contar 41 personas de visita en una habitación de 15 metros cuadrados", resume Carmen.
Pero no sólo eso: hay sagas familiares que acuden al completo al hospital a ver a los suyos. Algunas personas traen carritos de niño o grandes bolsos que nadie inspecciona al entrar ni al salir. Los niños juegan al fútbol en los pasillos, y más de un adulto, cuando la enfermera le ha rogado que salga de la habitación mientras atiende a una paciente, se ha negado en redondo. "A usted le pago yo... Usted no tiene derecho a mandarme salir de aquí", comenta Fernández.
Las intimidaciones y amenazas al personal sanitario, o los robos de objetos personales o de material están a la orden del día también. Hay pacientes que se quejan del escaso respeto a su intimidad o por "la inaguantable algarabía diaria" que soportan, dice José Miguel Cisneros, director médico del Virgen del Rocío, que se muestra partidario de que la sociedad abra un debate -"en serio", insiste- sobre cómo y en qué forma ha de accederse a un hospital.
Hay quien apunta a que el afán por visitar hospitales forma parte de la cultura mediterránea, frente al centro sanitario anglosajón, silencioso y sin apenas visitas. "Aquí la tradición", dice el director médico del Virgen del Rocío, "es que cuando alguien ingresa en un hospital venga medio pueblo a verlo". Pero esto choca con los derechos del enfermo, "al que incluso hay que preservar con frecuencia de sí mismo", comenta la doctora María del Prado Plaza, responsable de la Gestoría de Usuarios.
Y es que la posibilidad de que las visitas descontroladas traigan hasta el centro sanitario infecciones, es real. O que un visitante "sepa más" que el propio enfermo sobre su enfermedad, también ocurre. "A veces viene gente a quien el enfermo a lo mejor no quiere ver, que le cuenta a éste cosas que los propios médicos le han ocultado por razones terapéuticas", agrega Plaza.
De ahí los programas de regulación de visitas que distintos hospitales de la comunidad están estudiando o han puesto en marcha ya. El hospital de Torrecárdenas, en Almería, tiene un plan de acceso de visitas desde el año 2004 que está intentando mejorar; el Carlos Haya de Málaga, el Punta Europa de Algeciras y el hospital de La Línea, desde 2007. En el Virgen Macarena de Sevilla trata ahora de consensuar los horarios y los pases con más de 30 asociaciones ciudadanas.
La asociación de consumidores Facua ha promovido la búsqueda de soluciones con una propuesta que desde mayo del año pasado se ejecuta en el hospital de Jerez. Se ha establecido un horario de visitas de cuatro a ocho de la tarde, y de mañana y tarde los fines de semanas.
"No se puede prohibir ni encontrar una solución mágica. Es una cuestión más de educación", detalla Jesús Yesa, portavoz de Salud de Facua Andalucía. La propuesta aplicada en el hospital de Jerez, que establece un máximo de dos personas por habitación, además del cuidador y el enfermo, se pondrá en marcha en el Puerta del Mar, de Cádiz, y el Clínico de Puerto Real.
Dos centros sanitarios donde, de momento, las puertas están abiertas, ya sea para acompañar una dolencia o celebrar una nueva vida en la habitación 419.
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