Miles de estudiantes se entregan a la 'obamamanía'
El dirigente norteamericano convoca a los jóvenes al compromiso personal y a la lucha contra la pobreza
Más de 3.000 jóvenes reunidos en un pabellón deportivo en Estrasburgo, Francia, el país más antiamericano de Europa, dejaron testimonio ayer de que la figura de Barack Obama es capaz, por el momento, de borrar el pasado, eliminar prejuicios y ganar adeptos para la causa de Estados Unidos.
"América está cambiando", aseguró Obama a una audiencia de estudiantes alemanes, franceses y norteamericanos que llenaron las gradas y fotografiaron a la estrella sobre el escenario con la misma excitación que si se tratase de uno de sus ídolos musicales.
Este tipo de contactos directos con los ciudadanos se ha convertido ya en una de las normas de su presidencia dentro de Estados Unidos y promete ser también uno de los principales instrumentos de su política exterior. "En estos viajes se acaba viendo todo desde la ventana del coche", confesó Obama, que tiene previsto repetir un encuentro similar pero más extenso geográficamente y con mayor parafernalia tecnológica la semana que viene en Estambul.
No fue su mejor día. Obama se veía ostensiblemente fatigado por una gira de una intensidad inhumana. Pero, pese a eso, se ganó aplausos entusiastas varias veces, entre otras cuando dijo, evocando a John Kennedy, que "en un mundo en cambio, los jóvenes deben de llevar el liderazgo".
Obama explicó la gravedad de la crisis económica actual y las medidas tomadas para hacerle frente. Defendió las razones por las que su país está en guerra en Afganistán y abogó por la actuación conjunta entre Estados Unidos y Europa en favor de la paz.
Pero la curiosidad del público iba dirigida, sobre todo, a la persona que tenían delante y lo que ésta simboliza. Le preguntaron sobre el legado que desearía dejar -"resolver la crisis", dijo- y sobre qué tan duro está siendo el ejercicio de la presidencia. Admitió que "a veces siente un gran peso sobre los hombros", que añora poder dar un paseo con tranquilidad o compartir más tiempo con su familia. Pero enseguida añadió que le gusta el desafío y el servicio a los demás. "La vida vivida pensando en uno mismo acaba siendo aburrida", dijo. "No es bueno quedarse parado viendo pasar la vida al lado; es mejor saltar sobre ella, comprometerse".
Le pidieron un pronóstico sobre el futuro de la generación que ahora cursa la enseñanza media, a la que pertenecía la mayoría de los asistentes, y Obama prefirió marcarles dos objetivos: luchar contra la pobreza y promover la democracia. Explicó que no quería establecer una relación directa entre pobreza, falta de democracia y terrorismo, pero opinó que "la ideología del terrorismo encuentra más fácil terreno cuando no hay educación y salud adecuados, y cuando falta la igualdad de oportunidades".
A ese respecto, los jóvenes les preguntaron qué colaboración esperaba de Europa en la lucha contra el terrorismo. Obama aprovechó para fustigar la gestión de George Bush y criticar la guerra de Irak. "Después del 11-S teníamos todo el apoyo de Europa, hasta que se decidió ir a Irak", recordó.
Eso no significa, añadió, que acabada la guerra de Irak "y acabado George Bush" va a desaparecer la amenaza de Al Qaeda. "Que nadie crea que porque Barack Hussein Obama sea presidente se acaba la amenaza terrorista", afirmó. Ese peligro continúa, según dijo, en Afganistán, "y es un peligro que tenemos que abordar todos juntos, no sólo Estados Unidos".
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