Rabat expulsa a cuatro misioneras españolas por "hacer proselitismo"
Las religiosas evangélicas fueron detenidas el sábado en Casablanca
El Gobierno de Marruecos expulsó ayer a cinco misioneras evangélicas, cuatro de ellas españolas y una alemana, a las que les acusa de hacer "proselitismo" religioso. Las mujeres, que prefieren que sus nombres no sean dados a conocer, fueron trasladadas por carretera desde Casablanca al puerto de Tánger, situado a 350 kilómetros, desde donde fueron embarcadas ayer rumbo a Algeciras. Las autoridades marroquíes no se pusieron en contacto con los consulados de España en Casablanca o Tánger para informarles de las expulsiones.
Cuatro de las misioneras residen en Málaga, pero la quinta vive en Marruecos y teme no poder regresar al país.
El Ministerio del Interior marroquí anunció en un comunicado que la policía judicial de Casablanca detuvo a las cinco mujeres el pasado sábado durante "una reunión de proselitismo con ciudadanos marroquíes". En el lugar del encuentro, los agentes de policía se incautaron de "material de propaganda evangélica" en forma de libros, vídeos y objetos de culto, según precisa el comunicado.
En Marruecos está prohibido intentar que un musulmán cambie de religión
Fuentes cercanas a la expedición evangélica aseguran que, cuando fueron detenidas, las mujeres participaban en un "encuentro de comunión", en un recinto cerrado en el que sólo había mujeres cristianas y ninguna musulmana, por lo que, a su juicio, no se las puede acusar de mantener una "reunión de proselitismo". Marruecos reconoce la libertad de culto, pero prohíbe intentar convertir a los musulmanes a otra religión.
El Ministerio del Interior de Marruecos anunció, el pasado 21 de marzo, su "firme determinación a hacer frente, en el marco de las leyes en vigor, a todas las actuaciones contrarias a nuestros valores (...) religiosos o morales". El comunicado fue interpretado como una advertencia a los medios de comunicación independientes que se habían hecho eco de la gira efectuada por el país por Samir Bargachi, coordinador de Kifkif, una asociación que desde España ayuda a los gays de Marruecos.
Las recientes detenciones de decenas de chiíes, desveladas por el diario de Casablanca Al Jarida al Oula, tras la ruptura de relaciones con Teherán, invitaron a pensar que la larga nota del Ministerio del Interior estaba también dirigida hacia los musulmanes marroquíes que practicaban la misma religión que en Irán. La quíntuple expulsión del domingo parece indicar que los evangélicos también son ahora un blanco para las autoridades marroquíes.
El Ministerio de Comunicación de Marruecos no ha renovado, por otra parte, la acreditación del fotógrafo español Rafael Marchante, que trabaja para la agencia Reuters. En un comunicado, el ministerio le tachó la semana pasada de "adversario político". La decisión ministerial significa, en la práctica, una expulsión porque, al no poder seguir trabajando, Marchante deberá abandonar el país.
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