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OPINIÓN
Columna
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Camino al infierno

Joaquín Estefanía

El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn (DSK), ha insistido en una idea ya enunciada: la crisis arrastrará al paro y a la pobreza a millones de personas y será "la raíz de disturbios sociales, amenaza a la democracia y en algunos países podría desembocar en guerras".

¿Hemos superado ya el cabo de una nueva mutación de la crisis económica, que adquirirá la faz de una crisis política de proporciones desconocidas? Lo ocurrido en los últimos días en uno de los eslabones débiles del planeta parece indicar que así puede ser. Tres Gobiernos de Europa del Este (Letonia, Hungría y República Checa) han sido derribados por una coyuntura que se manifiesta en gigantescos desequilibrios de las balanzas de pagos y un enorme endeudamiento público y privado. Dos de esos países (Hungría y Letonia) y otro que todavía no ha sufrido el revés de un cambio de Ejecutivo (Rumania) han necesitado de multimillonarias ayudas de emergencia para sobrevivir, instrumentadas por el FMI, el Banco Mundial y la UE. Letonia, el país más afectado (decrecerá este año un 12%), ha recibido 10.000 millones; Hungría, 25.000 millones, y Rumania, 20.000 millones de euros.

En este momento, la unidad de acción entre EE UU y la UE parece más imprescindible que nunca

De esos países con inestabilidad política, el que más afecta a los veintisiete es la República Checa, porque es quien preside la UE este semestre. A un primer ministro, Mirek Topolanek, cercano a las apolilladas tesis ideológicas más neocon se le une un jefe de Estado, Vaclav Klaus, euroescéptico y negacionista del cambio climático (autor de un panfleto sobre el tema, editado en España por FAES y presentado por Aznar) en una mezcla más que inconveniente para el conjunto de la UE. Este primer ministro fue quien la pasada semana calificó el plan de rescate financiero de Obama de "camino al infierno" en la sede del Parlamento Europeo. Quizá piense Topolanek, como los miembros más recalcitrantes del Partido Republicano y los neocons refugiados en sus palacios de invierno tras su nefasta presencia en Washington en los últimos ocho años, que Obama es un socialista camuflado. A este respecto, se les hace obligatorio leer un librito que tiene casi un siglo de existencia, pero de una gran actualidad, que acaba de ser recuperado en España: ¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?, del economista y sociólogo alemán Werner Sombart (Capitán Swing Libros).

Como presidente de turno de la UE, la República Checa representará de alguna manera a los socios europeos del G-20 en la decisiva reunión de esta semana en Londres; y ambos, Topolanek y Klaus, recibirán en Praga a Obama, en su primer viaje por Europa como presidente, para la cumbre entre EE UU y la UE. En un momento en el que la unidad de acción deviene en imprescindible para salir de la espectacular tormenta que afecta al mundo, sus credenciales no parecen las más oportunas, en sí mismas y como representantes de Europa. -

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