Silvio Berlusconi reescribe la historia
El primer ministro glosa su pasado al fundar el Pueblo de la Libertad
Más de 6.000 delegados puestos en pie aplaudieron anoche en Roma a Silvio Berlusconi, el líder y magnate que ha reescrito la historia moderna italiana. Il Cavaliere anunció la fundación del Pueblo de la Libertad, la fusión de su partido antipartidos, Forza Italia, con la posfascista Alianza Nacional de Gianfranco Fini, y otros menores.
Durante 85 minutos, Berlusconi hizo un balance histórico de su carrera política. Fue un discurso largo, serio y aburrido, sin chistes ni sorpresas. Al final dejó entrever (pero eso lo explicará el domingo) que la Constitución italiana debe ser cambiada con el fin de "acortar los tiempos de la toma de decisiones".
Como se preveía, agradeció su colaboración de estos años a Fini (gran ovación), y a Umberto Bossi, socio de la Liga Norte (aplausos tímidos), y rindió homenajes al Papa, a EE UU y, el más aclamado, a Bettino Craxi, el "queridísimo amigo" que logró que sus cadenas televisivas formaran duopolio con la RAI. Hace 15 años, cuando Berlusconi decidió entrar en política, el Partido Socialista de Craxi, al que él había financiado generosamente, acababa de pudrirse en una marea de corrupción. Craxi huyó del país, y Berlusconi creó Forza Italia, como recuerda Marcello Dell'Utri, su escudero siciliano, reclutando a todos los empleados de Publitalia para llenar las listas.
Quiere cambiar la Constitución para agilizar la toma de decisiones
Il Cavaliere hizo una mención a sus problemas con "jueces comunistas"
Tras el proceso Manos Limpias, Il Cavaliere ganó las elecciones de 1994, pero duró sólo unos meses al frente del Gobierno. Luego vino la travesía del desierto, y docenas de procesos más, contra él, sus empresas y colaboradores. Berlusconi se fue librando de todos ellos, unas veces absuelto, otras por prescripción, otras por amnistía, alguna vez porque el delito que le imputaban había dejado de existir gracias a una ley aprobada por él mismo.
Hoy, nada de eso tiene importancia. A la mayoría de italianos el conflicto de intereses les importa un pimiento. Il Cavaliere no habló de ese pasado judicial en su discurso, salvo una mención a la "magistratura comunista". Dueño de un imperio financiero, mediático, editorial, futbolístico y cinematográfico, Berlusconi se siente inmune. Y con motivo. Gobierna sin oposición.
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