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Salarios a la baja en la mina más peligrosa

Miles de personas malviven en torno a la extracción de carbón en Donetsk

Pilar Bonet

En Donetsk, enquistadas en el tejido urbano de la ciudad, hay 12 minas estatales, la mayoría de las cuales están en vías de liquidación. El Gobierno de Kiev se desentiende de las inversiones necesarias para completar el proceso que se inició en los años noventa y miles de personas malviven en torno a estas empresas que perforan las entrañas de la ciudad, mientras a su alrededor el tejido urbano se ha ido renovando con centros comerciales y modernos bloques de viviendas.

En la mina Gorki trabajan 532 personas que no cobran el sueldo desde diciembre pasado, según explica el dirigente sindical Serguéi Iliashenko. Los trabajadores producen 1.000 toneladas de carbón al mes, que venden para garantizar la seguridad de las instalaciones, lo que en cierta medida equivale a la seguridad de Donetsk: bombea el agua subterránea que de otro modo inundaría la ciudad. La mina no paga a la compañía eléctrica que le suministra la energía para el bombeo, afirma Iliashenko. Los precios del carbón, que llegaron a 1.800 grivnias (unos 172,5 euros) por tonelada en 2008, se han reducido hasta cerca de 500 (48 euros), señala.

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La mina Zasiadko pertenece al Estado, pero está arrendada por un grupo de accionistas. Los mineros cobran sus sueldos con menos retraso que en la Gorki, pero su situación no es envidiable. La Zasiadko es la mina más peligrosa y siniestra de Ucrania. Desde 1999, unas 300 personas han perdido la vida en siete accidentes producidos por explosiones de gas; de ellas, 106 perecieron en los tres accidentes que se registraron en noviembre y diciembre de 2007. La Zasiadko, según cuentan los mineros, está dotada de unos excelentes servicios de detección de gases, que aparentemente quedan fuera de servicio cuando la codicia de los patronos se alía con las necesidades de subsistencia de los mineros.

"Más y más carbón y más y más profundidad. Ése es el problema. Las condiciones son tremendas, a más de un kilómetro bajo tierra, sin visibilidad y con un tremendo calor", dice Víktor, de 48 años, un minero de la Zasiadko, mientras avanza hacia la entrada principal de la mina, en medio de una masa de hombres silenciosos que se disponen a trabajar el turno de noche. Víktor ha visto reducido su sueldo de 3.500 grivnias (335 euros) a menos de 3.000, que es más de lo que cobran quienes no descienden a las profundidades del pozo. Su esposa, que trabajaba en la intendencia de la mina, acaba de ser prejubilada.

"El Gobierno no ha reaccionado a las exigencias de los metalúrgicos y los mineros. Quisiéramos que se efectuaran las inversiones que se planearon durante el Gobierno de Víktor Yanukóvich para modernizar la industria de carbón", afirma Lévchenko, refiriéndose a la gestión de su paisano, que fue primer ministro en dos ocasiones, con Leonid Kuchma, antes de la revolución naranja, y posteriormente, bajo la presidencia de Víktor Yúshenko.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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